El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Brasil ha denegado este martes un nuevo pedido de libertad para el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
La presidenta del TSJ, Laurita Vaz, ha rechazado la solicitud de habeas corpus presentada por un abogado no vinculado al equipo de defensa del exmandatario y ha criticado al juez Rogerio Favreto, por haber aprobado otro recurso a favor de Lula, calificándolo de “manifiestamente incompetente” para juzgar el caso.
El domingo pasado, el magistrado Favreto, del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF-4), con sede en Porto Alegre, concedió un habeas corpus presentado por un grupo de diputados del Partido de los Trabajadores (PT) a favor de Lula, que fue denegado en la noche del mismo día por el juez federal João Pedro Gebran Neto, involucrado en los procesos del caso de corrupción Lava Jato.
Para Vaz la decisión de Favreto de conceder la libertad a Lula basándose en un supuesto “hecho nuevo”, su precandidatura a la Presidencia del país, es “inusitada” y “anormal” y supone una falta de respeto a la decisión tomada por otros tribunales, entre ellos la Corte Suprema de Brasil.
La magistrada brasileña ha acusado a Favreto de “forzar la reapertura de una discusión cerrada en instancias superiores” y ha lamentado que la decisión de este juez de guardia haya causado “perplejidad” y una “intolerable inseguridad jurídica”.
De hecho, el forcejeo entre jueces ocurrido el domingo en torno del proceso sobre Lula desató una crisis que repercutió en todo el Poder Judicial del país suramericano.
El exmandatario, favorito en las intenciones de voto de cara a las elecciones del próximo octubre, dice que es víctima de una “masacre” mediática con la que, según sus partidarios, se busca impedir su candidatura por un nuevo mandato presidencial.
Ante este panorama, la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffman, denunció el lunes una “conjura” del Poder Judicial para evitar la liberación de Lula e impedir que sea candidato en las elecciones.