En 2014, un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Carolina del Norte (EEUU) demostró que el 100% de los participantes tenía en su piel ácaros Demodex folliculorum o Demodex brevis, algo que echó por tierra una antigua teoría según la cual solo el 14% de la población mundial estaba infectado por estos parásitos.
Otro experimento, llevado a cabo un año más tarde, confirmó que un tercio de los niños, la mitad de los adolescentes y todos los adultos portan en su piel estos microácaros. Sin embargo, resultó que los ácaros no causan las enfermedades cutáneas, sino que se sienten más confortables en la piel afectada, en particular la rosácea.
Los ácaros Demodex tienen ocho extremidades y pertenecen a la clase de los arácnidos, junto con las arañas o los escorpiones. Sin embargo, a diferencia de sus ‘hermanos mayores’, estos parásitos —descritos por primera vez por el médico alemán Gustav Simon (1824-1876)— no superan los 0,4 mm de largo y, por lo general, solo viven alrededor de dos semanas.
En 2013, el portal Your Wild Life Project compartió en su cuenta de YouTube un repugnante vídeo en el que se ve cómo un ácaro Demodex folliculorum deja sus huevos en un poro.
La mayoría de estos parásitos habita en nuestras mejillas, cejas, pestañas, así como en la nariz, y, según algunos investigadores, se alimenta de las bacterias que viven en las glándulas sebáceas, además de las células muertas.
Estos diminutos ácaros son más activos de noche y solo salen a la superficie cuando dormimos. Se mueven a una velocidad de hasta 16 centímetros por hora.
Pese a que los Demodex no tienen ano y, de este modo, son incapaces de defecar, el contenido de sus estómagos se difunde por toda la cara después de su muerte. Según coinciden los médicos, el aumento de la población de ácaros microscópicos en la piel puede ser un síntoma de posibles disfunciones del sistema inmune de un paciente.
Pero, ¿es posible deshacerse por completo de ellos? Los investigadores afirman que, en caso de eliminación total, los ácaros vuelven a aparecer en nuestra cara al cabo de seis semanas.
Según los resultados de un análisis realizado en 2015 por un equipo internacional de científicos, los ácaros microscópicos ‘poblaron’ nuestra piel hace unos 20.000 años. Durante el experimento, los investigadores examinaron las muestras de piel de 70 personas de varios países del mundo.