CIENCIA / FRANCES ARNOLD: DE CAMARERA EN UN CLUB DE JAZZ A GANAR EL NOBEL DE QUÍMICA

En el mundo científico nada se les regala a las mujeres. El camino que recorren para desarrollar su profesión está lleno de obstáculos. Arnold asegura que las que desean triunfar no deben esperar a que les abran la puerta para avanzar. «Lamentarse de su destino no va a resolver el problema», dice. 

Francis Arnold nació en Pensilvania, Estados Unidos, en 1956. En su juventud, la Nobel participó en protestas contra la guerra de Vietnam y en un acto de rebelión se marchó a la capital, Washington.

Allí financió el final de su bachillerato trabajando como camarera en un club de jazz y siendo taxista. En Princeton (Nueva Jersey) estudió ingeniería mecánica y aeroespacial, se licenció en 1979.

Después, en Berkeley (California) se doctoró en ingeniería química. En esa universidad desarrolló su trabajo postdoctoral en química biofísica, antes de unirse al California Institute of Technology de Pasadena (Caltech), en 1986, donde aún trabaja.

En 1993 Arnold condujo «la primera evolución dirigida de enzimas», proteínas que aceleran las reacciones químicas, abriendo así un campo que se ha ido refinando para obtener nuevos catalizadores.

El método ha permitido crear enzimas de laboratorio que se usan en catalizadores industriales, detergentes domésticos e incluso comestibles a base de azúcar.

La Real Academia de las Ciencias (RAC) de Suecia lo explicó así: «los usos de las enzimas de Arnold incluyen la fabricación de sustancias químicas amigables con el medioambiente, por ejemplo fármacos, así como la producción de combustibles renovables para lograr que el sector del transporte sea más verde».

Desde 1901 a 2018, este premio le ha sido concedido a 180 personas. De ellas, sólo cinco han sido mujeres: Marie Curie lo obtuvo en 1911 (en 1903 la premiaron con el de Física), Irène Joliot-Curie en 1935,  Dorothy Crowfoot Hodgkin, en 1964, Ada E. Yonath en 2009, y Arnold, este 2018.

Al igual que la mayoría de sus colegas mujeres, ella compartió el premio con hombres: George Smith y Gregory Winter. Los tres se llevaron el gran galardón por «la evolución dirigida de enzimas», publicó la RAC.