SALUD / «LA HUMANIDAD EN JAQUE» CONSERVAR LA DIVERSIDAD MICROBIANA AMIGABLE PARA SALVAR LA SALUD DE LA HUMANIDAD 

Los antibióticos y las comidas ultraprocesadas han hecho que los humanos suframos de múltiples enfermedades que, además, se han ido acrecentando a lo largo del tiempo. Los científicos están preocupados. Por ello, propusieron conservar un conjunto de microorganismos de poblaciones no industrializadas y así salvar la salud de la humanidad.

Hay billones de microorganismos pululando en nuestro tracto digestivo que, desde el colon, trabajan a diestra y siniestra para digerir nutrientes, fabricar vitaminas, entrenar nuestro sistema inmunitario y mantener lejos a otros microbios patógenos.

Sin embargo, con la industrialización, algunos están desapareciendo, dejando en jaque a nuestra salud y la herencia microbiana que dejaremos.

«Los cambios en la microbiota humana […] implican la pérdida de nuestra herencia microbiana ancestral a la que fuimos expuestos durante millones de años de evolución», se lee en el estudio dirigido por Maria G. Domínguez Bello, de la Universidad de Rutgers-New Brunswick, en Nueva Jersey, Estados Unidos.

Obesidad, diabetes, asma, alergias, enfermedades inflamatorias del intestino e incluso autismo. Todas esas enfermedades metabólicas, inmunes y cognitivas tienen un aspecto en común: se dan mayoritariamente en el mundo industrializado y, más recientemente, en los países en desarrollo.

«La comparación de sociedades tradicionales dispares con pueblos industrializados indica que la pérdida de la diversidad microbiana intestinal está asociada con la industrialización, no con dietas, etnias o geografías particulares», se explica en el estudio publicado por la revista Science.

«Si la interrupción microbiana debida a la urbanización aumenta las enfermedades de las sociedades industriales, las pandemias mundiales actuales empeorarán, y el impacto económico pondrá en peligro los sistemas de atención de salud», pronostican.

 

Teniendo en cuenta que los microbiotas de los pueblos tradicionales son más diversas y prometedoras «para las estrategias de restauración» de la microbiota humana para poder prevenir enfermedades, los científicos del equipo de Domínguez Bello propusieron crear un banco de microbiota, adaptando el espíritu de la Bóveda Global de Semillas ubicada en Svalbard, un archipiélago noruego situado en el océano Glacial Ártico.

Usando la tecnología actual, y bajo el principio de precaución (para evitar la introducción de productos y procesos cuyos efectos finales se desconocen), «es primordial que ampliemos los esfuerzos para capturar y preservar la microbiota humana mientras aún exista», sostienen los científicos. «Este es un paso necesario hacia la restauración y podría ayudar a mitigar el riesgo potencial para la salud humana que abarca la urbanización», aseguran.

Según el estudio, además de los efectos en la salud, las enfermedades generadas por la industrialización nos cuestan muy caro, y cada vez se hacen más insostenibles. En todo el mundo, al año, la obesidad cuesta 2.000 millones de dólares y la diabetes 1.300 millones.