La arremetida de la incineración de residuos en Chile y la región de La Araucanía
La industria de la incineración ha reactivado fuertemente su lobby en Chile y en especial en la región de la Araucanía. Al menos tres seminarios y foros en favor de la incineración de residuos se han realizado en Santiago y Temuco durante el último mes. La falta de apertura a otros puntos de vista críticos sobre este sistema, ha sido la tónica en casi todas las instancias. Los expertos internacionales que hoy se pasean por las universidades chilenas promocionando Waste to Energy, parecen no conocer la información sobre las publicaciones científicas que existen y evidencian los riesgos a la salud de las personas y el ambiente, inherentes a la incineración de residuos.
Algunas de las conclusiones de publicaciones son:
- El riesgo de morir de cáncer aumenta cuando vives cerca de una incineradora.[1]
- La operación de un pequeño incinerador de residuos municipales puede provocar elevados niveles de dioxinas en el ganado local. [2]
- Amplios estudios han mostrado altas tasas de cáncer en adultos y niños, y también defectos de nacimiento alrededor de incineradores de residuos municipales, siendo los resultados consistentes en la asociación de causalidad, entre otras muchas conclusiones del mismo corte.[3]
- A pesar de que las emisiones de incineradoras son frecuentemente consideradas como una fuente no importante de exposición a dioxinas comparadas con otras fuentes ambientales, hallazgos apoyan la hipótesis de que las dioxinas en el ambiente incrementan el riesgo de adquirir linfoma Non Hodgkin entre la población que vive en las proximidades de un incinerador de residuos municipales.[4]
La conveniente comparación de la incineración de residuos con la disposición en relleno sanitario, no muestra sino los bajos estándares de protección ambiental con los que esta industria se mide. En este mismo punto, jamás hacen referencia a la generación de cenizas producto de la incineración, que según la Red Internacional para la Eliminación de Compuestos Orgánicos Persistentes (IPEN) asciende al 30% del tonelaje de residuos incinerados. Esta ceniza debe ser dispuesta en rellenos sanitarios, a menos que se considere su uso para construcción de caminos o mejora de suelos, usos que IPEN ha reportado como fuente de contaminación de la cadena alimenticia humana.
La insistencia de los promotores de la incineración en encajarla dentro de la economía circular no es más que el reconocimiento de que la economía circular es un enfoque universalmente aceptado que obligará a todos los países a cambiar sus modelos productivos lineales para hacer sustentable el uso de los escasos recursos naturales con los que contamos como humanidad.
Los intentos de introducción de la industria de la incineración de residuos en Latinoamérica, se deben a que esta tecnología se encuentra en retirada en el hemisferio norte, donde países como Dinamarca que emplean incineradoras de residuos desde hace décadas, hoy están desincentivando su uso para poder aumentar las tasas de reciclaje [5], ya que ambas actividades compiten entre ellas. Los países que han usado las incineradoras de residuos para la calefacción distrital de viviendas, hoy se encuentran atrapados al depender de una fuente de calor que funciona en base a algo que se debería producir cada vez menos.
Lamentablemente las instancias que se abren desde las universidades, han servido como propaganda y no como espacios de diálogo en donde se dé cabida a perspectivas críticas sobre esta tecnología.
La RADA seguirá incansablemente promoviendo la estrategia Basura Cero para la gestión de residuos, de eficacia comprobada en miles de ciudades del mundo, y con ejemplos de implementación comunitaria en Temuco como el proyecto Hacia Basura Cero en Campos Deportivos, que demuestra que el cambio cultural no está lejos, y que hay miles de personas en Temuco que prefieren compostar y reciclar en lugar de incinerar nuestro futuro.
[1] García-Pérez et al. 2013. La mortalidad por cáncer en ciudades situadas en las proximidades de incineradoras e instalaciones para la recuperación o eliminación de residuos peligrosos.
[2] Halldorsson et al. 2012. Contaminación de ganado debido a la operación de un pequeño incinerador de residuos: un caso incidente en Skutulsfjörour, Islandia, en 2010.
[3] Sociedad británica para la medicina ecológica. 2008. Los efectos a la salud de incineradores de residuos.
[4] Floret et al. 2003. Emisiones de dioxinas desde un incinerador de residuos sólidos y el riesgo de linfoma Non-Hodgking.