Los enormes cultivos de caña de azúcar y tabaco representan una parte significativa de la economía de la provincia de Jujuy, en el Noroeste de Argentina. En los últimos días se supo que el Gobierno provincial emitió permisos de trabajo en este sector para niños menores de 16 años, situación que encendió alarmas en todo el país.
Solo en 2018, la provincia de Jujuy autorizó a 45 niños y adolescentes a trabajar como peones, ya sea cargando estufas, encañando tabaco, en plantaciones o como modelos de ropa infantil. Dentro de esta cifra, divulgada por el periódico local El Tribuno, no se especifica cuántos realizan cada tarea, ni para qué empresa, por lo que existen muchas incertezas.
Pero dadas las duras condiciones y la precariedad que enfrentan los trabajadores del tabaco y el azúcar —dos importantes actividades económicas en Jujuy— la noticia causó conmoción en toda Argentina, especialmente en la actual coyuntura de crisis que atraviesa el país.
«En estos sectores durante mucho tiempo ha habido trabajo a destajo. Por lo bajo que se paga, muchos trabajadores tienen que ir con sus familias para poder sacar unos pesos más. Llevan a sus compañeras, a sus hijos. Durante mucho tiempo ha sido así y se ha naturalizado esta forma de explotación», explicó a Alejandro Vilca, legislador provincial por el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS).
Este panorama «ha sido aprovechado por los grandes empresarios de los ingenios, como también por los terratenientes que hoy explotan el tabaco», dijo el parlamentario, cuya fuerza política busca elevar un pedido de informes a las autoridades jujeñas para tener un panorama más claro sobre el trabajo infantil.
«En una situación tan difícil como la que vive la Argentina, y en especial la provincia, esto ha empujado a que más familias vuelvan o se empiece a acrecentar el trabajo infantil y el abuso, sobre todo en sectores rurales», precisó el dirigente.
Las autoridades han indicado que las autorizaciones se dieron en respeto a las normas nacionales y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El ministro de Trabajo de Jujuy, Jorge Cabana Fusz, indicó que cinco de los casos fueron niños que participaron en actividades culturales, modelaje, teatro o cine. Sin embargo, subrayó Vilca, no se tienen detalles de los 40 restantes.
«Es lamentable que algunos sectores políticos, personas y funcionarios busquen hacer de esto una cultura del trabajo y del esfuerzo, cuando en realidad se trata de un abuso de los menores, de los niños y de los adolescentes», resaltó.
Las cifras cobraron notoriedad tras un encuentro regional de Comisiones Provinciales para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil (Copreti). En esa instancia, además, se supo que en 2017 Jujuy emitió 63 permisos para menores trabajadores.
Según Vilca, preocupa el efecto en la salud física y mental de los afectados, además de los perjuicios en el desarrollo intelectual, debido a la pérdida de horas de estudio. Y aunque en Jujuy la situación es alarmante, forma parte de una tendencia de todo el país.
En su última Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA), el Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina (Indec) reveló que, en todo el país, uno de cada 10 niños de entre cinco y 15 años realiza al menos una actividad productiva. En el campo, a nivel nacional, esta cifra salta a casi dos de cada 10. El noroeste argentino —región donde se ubica Jujuy— el guarismo alcanza al 13,6% de los menores.
En todo el país, el 5,2% de los niños rurales se desempeñó alguna vez en hornos de ladrillos, carbón o tabaco; y el 13,7% cultivó o cosechó productos de huerta, de una finca, campo de cultivo, granja o quinta para vender, precisa el documento del Indec.
Además del trabajo permitido por el Gobierno, en 2018 se encontró a tres menores trabajando en condiciones irregulares en las zonas de Perico, Monterrico y El Carmen, zonas de cultivos tabacaleros donde «históricamente siempre hubo trabajo infantil y abusos», recordó el legislador.
Sin embargo, hasta el momento no se habían alzado las voces para denunciar. Según Vilca, porque «históricamente los que controlan los grandes sectores empresariales y el poder económico son los mismos que tienen el poder político». La situación, dijo, no ha variado mucho con el cambio de signo político, y se ha dado ante «el silencio de algunos sindicatos» que no han protegido debidamente a los trabajadores.
Actualmente gobierna la provincia Gerardo Morales, del frente Cambiemos —parte del oficialismo a nivel nacional- tras décadas de administraciones del Partido Justicialista. Al sentirse «tocados» algunos de dirigentes y altos funcionarios —muchos de ellos dueños de grandes extensiones tabacaleras- el asunto «tuvo repercusión». Según dijo el legislador, los empresarios «históricamente» han cometido abusos contra los trabajadores.
«Con las políticas de este Gobierno se vieron favorecidos, por ejemplo con exención de impuestos. Incluso en Jujuy cobran un subsidio que es el Fondo Especial del Tabaco. Pero por otra parte mantienen el empleo precario para sus trabajadores y se suman además estos casos [de trabajo infantil]», precisó Vilca.
El ministro de Trabajo de la provincia mantuvo una reunión con la Comisión de Trabajo de la legislatura provincial, pero a criterio de Vilca no proporcionó esclarecimientos sobre los casos de trabajos de menores. Según dijo, hubo incluso un legislador del Justicialismo que hizo «una apología del trabajo infantil», que afirmó que «Jujuy se levantó gracias al trabajo de las familias».
«Vamos a insistir con un pedido de informe, que ya ha ingresado a la legislatura. Esperamos que tome estado parlamentario para tener información más cabal y detallada de estos 40 casos que todavía no están en claro. Queremos saber cuáles son las empresas beneficiadas. Esto nos parece escandaloso, pero la gente acá en Jujuy sabe que siempre se dio en el marco del abuso de las grandes empresas y de los patrones de estancia», resaltó el legislador.
A nivel nacional, el PTS y el Frente Izquierda de los Trabajadores (PTS-FIT) tuvieron en las últimas elecciones legislativas (2017) un 4,28% de los votos válidos. Sin embargo, en Jujuy esta cifra ascendió al 18%. En la capital, San Salvador de Jujuy, el bloque obtuvo prácticamente un cuarto de las voluntades.
Para Vilca, este buen resultado es producto, entre otras cosas, de «la crisis económica y la polarización social», en un contexto de «concentración de la riqueza en pocas manos, del poder político y de grandes sectores de la masa trabajadora explotados».
«El FIT-PTS empalma con ese sentimiento de hartazgo, pero también de la búsqueda de una alternativa que represente a los sectores populares, a las mujeres, a la juventud y a los trabajadores», indicó.