El dólar cae respecto a casi todas las principales monedas del mundo. Los inversores respondieron de inmediato, pero los analistas están seguros de que el verdadero colapso de la moneda estadounidense aún está por llegar.
La semana pasada, el dólar se vio afectado por las declaraciones del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Stephen Mnuchin, que apoyaban el debilitamiento de la moneda de EEUU. Otro golpe inesperado fue asestado por el diario de negocios estadounidense The Wall Street Journal, que se unió a los ataques de Trump contra la Reserva Federal y la llamó a «calmarse» y dejar de subir las tasas.
Pero, por supuesto, el problema no está solo en esta publicación.
«Después de que los economistas comenzaran a hablar de que se agotaba el efecto de los incentivos fiscales y comenzaba a desacelerarse la economía de Estados Unidos, las declaraciones de funcionarios y expertos comenzaron a inclinar la balanza a favor de la reducción de la tasa de interés del Sistema de la Reserva Federal (Fed). Finalmente, la balanza se inclinó bruscamente, lo que llevó a un debilitamiento de la moneda estadounidense», explicó Andréi Vérnikov, director general adjunto de análisis de inversiones de Zerich Capital Management.
Este año, el regulador estadounidense elevó la tasa tres veces. El endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal condujo a un aumento en el rendimiento de los bonos del Gobierno estadounidense a largo plazo, un aumento en las tasas hipotecarias y, como resultado, una disminución en el volumen de compras de bienes raíces.
El presidente estadounidense no está de acuerdo con la política actual del regulador financiero. En octubre, Trump calificó a la Reserva Federal como la principal amenaza para la economía. También se quejó de que la Fed, que actúa como Banco Central, sea una estructura independiente, y la Casa Blanca no tenga palancas de presión sobre ella.
Cuando la Fed aumenta las tasas de interés o implementa otras medidas para restringir la política monetaria, hay menos ‘dinero barato’ en el sistema financiero.
Cuanto más altas son las tasas de interés, mayor es el costo de los préstamos para el negocio. Esto significa que los empresarios no aumentan los salarios, invierten menos y los accionistas obtienen menos ganancias. Como resultado, las acciones de las empresas pierden su atractivo.
Al aumentar las tasas de interés, la Reserva Federal contribuye a un aumento en el rendimiento de los bonos del Tesoro, en particular los de diez años, a los que están vinculados los tipos de interés de los préstamos bancarios y las hipotecas. En consecuencia, el poder adquisitivo de la población disminuye.
El alto rendimiento permite atraer más dinero de los mercados emergentes a la economía. Pero hay un reverso de la medalla. Bank of America Merrill Lynch ya ha advertido: las subidas de los tipos de interés de la Reserva Federal tendrán un impacto significativo en el crecimiento. Todo este año, los inversores están vendiendo los valores de mercados emergentes a causa del alza de la tasa de la Fed, que busca fortalecer el dólar.
Recientemente, el vicepresidente de la Fed, Richard Clarida, comentó al canal CNBC que hay «algunas evidencias» de que el crecimiento de la economía global se está ralentizando.