La tendencia a la infidelidad de un hombre está literalmente escrita en su cara, afirma un equipo de investigadores de la Universidad de Australia Occidental en su nuevo estudio, publicado en la revista especializada Royal Society.
Durante el experimento, más de 1.500 voluntarios con edades comprendidas entre los 18 y los 75 años tuvieron que evaluar el supuesto nivel de infidelidad de 189 personas basándose en sus retratos fotográficos.
Por su parte, las personas cuyos retratos fueron utilizados en el estudio, proporcionaron datos acerca de cuántas veces habían sido infieles a sus respectivas parejas.
Según concluyeron los autores del estudio, tanto los hombres como las mujeres fueron capaces de identificar bastante bien a los hombres infieles con tan solo mirar sus fotos. Sin embargo, a diferencia de los hombres, las caras femeninas no contenían ‘rastros’ de infidelidad sexual.
Pero ¿a qué se debe este fenómeno? Según explicó el encargado del estudio, Yong Zhi Foo, esto podría estar vinculado con ciertos procedimientos cosméticos tradicionalmente femeninos, como el perfilado de las cejas o las extensiones de las pestañas.
El científico subrayó que «el grado de precisión podría tener cierta importancia desde el punto de vista biológico como una adaptación evolutiva para identificar a los infieles y los traidores».
Al mismo tiempo, admitió que «no deberíamos confiar en la primera impresión» y juzgar a la gente por su apariencia «en situaciones cotidianas».