LA PAZ – El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció un duro combate contra la corrupción en la policía, en medio de un escándalo de presuntos vínculos con el narcotráfico por el que fueron dados de baja y remitidos a la justicia dos jefes del departamento oriental de Santa Cruz.
por Socio informativo
Agencia de Noticias Sputnik
«Vamos a dar dura batalla a algunos policías que hacen quedar mal a nuestra institución (…), no se va a perdonar a quienes están metidos con el narcotráfico en la policía; son algunos, muy pocos, pero por uno, dos o tres toda la policía queda mal, eso duele», dijo el gobernante.
Morales hizo su anuncio en un discurso en la ciudad de Montero, en la región norte de Santa Cruz, al día siguiente de que un juez enviara a prisión preventiva al comandante de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de ese departamento, Gonzalo Medina, y su colaborador Fernando Moreira.
Ambos, que tenían grados de coronel y capitán respectivamente, fueron despedidos el miércoles de la policía por la divulgación de imágenes en las que aparecen en viajes con un presunto pez gordo del narcotráfico, Pedro Montenegro, a quien incluso condecoraron en 2017 pese a estar buscado por Interpol desde hace cinco años.
Líderes opositores habían criticado a Morales por no asumir públicamente su responsabilidad en el caso, más allá de una instrucción de «mano dura» contra los corruptos en un mensaje del miércoles vía Twitter.
Instruí al Ministro de Gobierno, mano dura con esos policías, algunos oficiales involucrados en corrupción que no respetan el esfuerzo de todos y todas. No se va a perdonar a quienes están metidos con el narcotráfico en la Policía.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) April 25, 2019
El senador y candidato presidencial derechista Oscar Ortiz dijo que demanda «al presidente Morales que asuma su responsabilidad por la grave amenaza para la seguridad de todos los bolivianos que implica la penetración del narcotráfico en la Policía Nacional».
Otro candidato, el expresidente Carlos Mesa (2003-2005), escribió en la misma red social que los escándalos de narco-vínculos de la policía «son la muestra de su proceso de descomposición terminal, por la injerencia política desde el Gobierno, que destruyó su institucionalidad».
Morales pidió a los policías «sanos y honestos» que denuncien todo acto de corrupción en la fuerza del orden.
También afirmó que las irregularidades no pueden echar sombras sobre la política de lucha antidroga que ejecuta su Gobierno y de la cual dijo que recibe elogios en el extranjero.
«Nuestro modelo de lucha contra el narcotráfico ahora es respetado en todo el mundo, Europa reconoce, Naciones Unidas reconoce y nos invitan para implementar lo que estamos haciendo en Bolivia, sin base militar ni participación de la DEA (la agencia antidrogas de Estados Unidos)», dijo.
Morales expulsó al embajador estadounidense y a la DEA en 2008, acusándolos de intromisión en política interna, y desde entonces centra la lucha contra el narcotráfico en la reducción de cultivos de coca concertada con los productores.
Sobre los dos policías dados de baja, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, dijo este 25 de abril a reporteros que enfrentan cargos de asociación delictiva, encubrimiento al narcotráfico, legitimación de ganancias ilícitas y otros.
Romero informó que, además del procesamiento de ambos exjefes, se ha puesto en marcha una reestructuración de la policía en Santa Cruz, el departamento más rico del país.
Otros policías, incluidos los responsables locales de Interpol en los cinco últimos años, también están bajo investigación, añadió el ministro.
Entretanto, el supuesto narcotraficante Montenegro, cuya extradición ha pedido Brasil para enjuiciarlo por vender drogas ilegales, está en paradero desconocido según fuentes de Interpol citadas por la estatal Agencia Boliviana de Información.