Las tres únicas monjas del convento católico de la ciudad de Halle, situado en el distrito de Halle-Vilvoorde, en la Región Flamenca belga, se negaron a cumplir la decisión del Vaticano de cerrar su monasterio, reveló el diario Het Nieuwsblad.
por Socio informativo
Agencia de Noticias Sputnik
El medio indicó que la Santa Sede envió a Halle a un enviado especial, al cual las tres hermanas, de 90, 60 y 30 años, expresaron su firme decisión de crear en el convento un centro de acogida de mujeres.
«Mantenemos nuestras puertas abiertas para las mujeres solas, divorciadas y viudas, todas serán bienvenidas», cita el periódico a la mayor de las monjas.
El claustro continuará la tradición de los beguinajes, asilos cristianos para mujeres viudas o solteras que empezaron a crearse en Europa en el siglo XII.
Las beguinas se dedicaban a ayudar a los desamparados, a cuidar a los enfermos en los hospitales, pero también trabajaban para mantenerse ellas mismas.
A diferencia de las hermanas que habitaban en los conventos católicos, las beguinas eran libres de abandonar sus centros en cualquier momento para contraer matrimonio.
El Vaticano intentó en varias ocasiones ponerle fin a la práctica de crear beguinajes, y en 1452 el papa Nicolás V decretó una bula que fomentaba su ingreso en la orden de las carmelitas.
La última representante del movimiento religioso medieval fue la hermana Marcella Pattyn, fallecida el 14 de abril de 2013, en Kortrijk, Bélgica, a la edad de 92 años.