Saber que moriremos pero no conocer cuándo, genera una ansiedad abrumadora que influye en nuestro comportamiento. La Teoría del Manejo del Terror (TMT) estudia este fenómeno y explica cómo detrás de fobias que pueden ser menores, está, en realidad, el miedo a morir.
De acuerdo con esta teoría de la psicología, administramos nuestro miedo a la muerte creando un sentido de permanencia, enfocándonos en nuestros logros y hasta creyendo, quizá, en la vida futura. Todo esto nos permite reforzar la autoestima y fortalecernos. Sin embargo, amenazas pequeñas y manejables, como insectos o gérmenes, pueden ser las canalizadoras del temor a la muerte.
«Esto tiene sentido porque cuando observamos de cerca los síntomas de varios trastornos relacionados con la ansiedad, los temas de muerte aparecen prominentemente», sostiene el artículo publicado por tres psicólogos australianos en la revista académica The Conversation.
Los profesionales son contundentes con sus afirmaciones: «Los que están obsesionados con chequear cosas como estufas y cerraduras, lo hacen en un intento de evitar daños o la muerte. Los que se lavan las manos compulsivamente muchas veces, temen contraer enfermedades crónicas y potencialmente mortales».
Esto se debe, explican, a que estas fobias son más controlables que el miedo a la muerte. Por ejemplo, cuando un aracnofóbico ve una araña, salta y empieza a temblar. Esto podría ser una representación de reacciones racionales ante amenazas más significativas, como ver a una persona con un arma.
Investigaciones sobre la TMT demuestran que la ansiedad causada por el miedo a morir es capaz de aumentar comportamientos nerviosos y fóbicos. Estos estudios usan una técnica popular de «inducción a la muerte» para estimular la ansiedad en personas con determinados trastornos de ansiedad. La técnica implica que los participantes anoten las emociones que suscita la idea de su propia muerte y que detallen lo que creen que ocurrirá cuando mueran.
Los aracnofóbicos, que fueron analizados con esta técnica, aumentaron su reacción hacia las arañas, en comparación con los que no estaban ‘preparados’ para la muerte. En tanto, aquellos que tienen el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) de lavarse las manos compulsivamente pasaron más tiempo higienizándose tras someterse al estudio.
Del mismo modo, aquellos con fobias sociales tardaron más en tener interacciones grupales y consideraron más amenazantes socialmente los rostros expresivos, ya que estos «indican que van a ser juzgados, al contrario de los rostros neutrales y aparentemente inocuos», explica el artículo.
La pregunta es inevitable, ¿es normal tenerle miedo a la muerte?
«Dado que todos vamos a morir en algún momento, la ansiedad por la muerte es una parte normal de la experiencia humana», aseguran Lisa Iverach, asociada honoraria en el Departamento de Psicología de la Universidad de Macquarie y becaria de investigación en la Universidad de Sídney en Australia; Rachel Menzies, candidata a doctorado en psicología clínica; y Ross Menzies, profesora asociada en la Universidad de Sídney.
Sin embargo, la ansiedad por la muerte se vuelve «anormal» y «patológica» cuando forma la base de pensamientos y comportamientos que interfieren con la vida cotidiana. Millones de personas con TOC en todo el mundo pierden mucho tiempo al día en rituales pensados para reducir la amenaza de suciedad, gérmenes o situaciones catastróficas.
Así que recuerda, la próxima vez que te pregunten si tienes miedo a la muerte, antes de responder, piensa si tienes alguna fobia ‘menor’.