Una madre y su hijo entran a una casa improvisada en Río de Janeiro.
Fotógrafo: Lianne Milton / Bloomberg
América Latina está a punto de sufrir una década perdida, según la agencia Bloomberg.
En los últimos años, la región ha crecido a un promedio de 0,7% por año. Según el FMI, esto es apenas suficiente para proporcionar condiciones para el crecimiento de la población. Es decir, hoy la población es más pobre que en 2012. Sus economías más grandes —Brasil, México y Argentina— experimentaron una reducción por segunda vez en tres años, lo que causó otro dolor de cabeza para los Gobiernos.
Los temas más apremiantes involucran tensiones comerciales en el exterior y una creciente incertidumbre política en los países. Pero estas son deficiencias estructurales que nadie ha corregido, en el contexto de un aumento generalizado en la última década de los precios de los productos agrícolas, los transportadores de energía y los metales. Todo esto puede frenar el crecimiento de la región durante muchos años, afirman los periodistas de Bloomberg, David Biller y Eric Martin.
«América Latina ha perdido muchas oportunidades. Ahora [los países] tienen que trabajar mucho más en condiciones adversas», advierte Adriana Dupita, economista de Bloomberg.
Según los periodistas, el colapso económico obliga a los bancos centrales a actuar. Muchos esperan que Brasil alivie la política monetaria, pero solo después de que el Gobierno haya reformado el sistema de pensiones. En México, la inflación, que está por encima del rango meta, no permite que los políticos reduzcan los costos de los préstamos que han alcanzado su máximo en una década.
Y hay otros signos perturbadores. De enero a marzo, la economía brasileña se contrajo, según el índice de actividad del Banco Central de Brasil para el 15 de mayo. Si la tendencia es confirmada por los datos del PIB, será la primera contracción trimestral de la economía brasilera desde 2016. Los pronosticadores estiman que en 2019 la economía más grande de América Latina crecerá un poco más del 1%. Un crecimiento muy débil que ocurre por tercer año consecutivo. Durante la última recesión, el ingreso promedio de los brasileños cayó un 8%, desde entonces ha experimentado un estancamiento, explica Affonso Celso Pastore, expresidente del Banco Central de Brasil.
En México, el crecimiento de la economía ha disminuido en los primeros tres meses del año, ya que la producción de petróleo y la demanda de servicios se han derrumbado, mientras que el Gobierno está reduciendo los costos. El crecimiento de Bank of América México fue solo del 1% este año. Además, Biller y Martin ven riesgos en el hecho de que el acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá no sea ratificado, lo que socava la credibilidad del Gobierno y hace disminuir la producción de petróleo.
Lo peor de todo lo vive Argentina. En marzo, su economía se contrajo en un 6,8%. Esta es la 11 caída mensual consecutiva. Desde 2012, el país ha experimentado períodos de recesión, pero esta se ha convertido en la más larga. El presidente Mauricio Macri se ve obligado a introducir una serie de medidas de control de precios, ya que la inflación supera el 50%.
Otros países de América Latina tampoco están exentos. Chile ha experimentado una economía estancada y Perú tiene el crecimiento trimestral más bajo desde 2017. Ambos países, que dependen en gran medida de sus industrias extractivas, han sufrido la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Además, no hay que olvidarse de Venezuela y su colapso económico.
Las tres economías más grandes de América Latina representan alrededor de dos tercios de la producción de la región. Por lo tanto, no es sorprendente que el crecimiento en América Latina esté muy por detrás del promedio para el mundo en desarrollo, subraya Bloomberg.