Fernando Juan Casado era copiloto en un avión que fue derribado en las últimas horas de la Guerra de las Malvinas. Sus restos fueron encontrados en 1986 en una playa, pero Reino Unido los entregó recién en 2008, luego de permanecer ocultos más de 20 años en una dependencia policial de las islas.
por Socio Informativo
Agencia de Noticias Sputnik
Fernando Juan Casado es el último aviador argentino fallecido en la Guerra de las Malvinas. Fue derribado por fuerzas británicas el 13 de junio de 1982, ya en las horas finales del conflicto bélico iniciado el 2 de abril con la toma de Puerto Argentino.
Casado nació en Buenos Aires en setiembre de 1945 pero se crió en la ciudad de Carlos Paz, en la provincia de Córdoba. Allí vivía antes del conflicto con su esposa y sus tres hijos. Al comenzar la guerra, Casado era capitán y revistaba en la II Brigada Aérea de la Fuerza Aérea, cuerpo que durante el conflicto bélico recibió la denominación de ‘Escuadrón Fénix’.
El aviador tuvo una activa participación en la última etapa de la guerra. De acuerdo con registros argentinos, Casado participó en 18 misiones solamente entre el 27 de abril y el 13 de junio.
Las últimas horas de la guerra encontraron a Casado volando en uno de los dos aviones Canberra de la Fuerza Aérea Argentina. El 13 de junio, los dos aviones identificados como ‘Baco 1’ y ‘Baco 2’ participaron de una misión que tenía por objetivo bombardear ‘Port Harriet House’, al sur de la bahía de Puerto Enriqueta, donde se habían asentado algunas tropas británicas.
El ataque se realizaría arrojando una decena de bombas MK-17 sobre las posiciones británicas. Cada bomba pesaba más de 400 kilos y cada avión fue cargado con cinco.
Casado volaba como copiloto del avión ‘Baco 1’, que era pilotado por al capitán Roberto Pastrán. El otro avión, en tanto, era tripulado por los tenientes Roberto Rivollier y Jorge Annino.
Cuando se disponían a arrojar las bombas, el avión de Pastrán y Casado fue alcanzado por un misil ‘Sea Dart’ disparado por el destructor HMS Exeter de la marina británica. El proyectil dio en la zona frontal del avión y lo condenó a estrellarse, por lo que ambos tripulantes debían abandonarlo cuanto antes.
Según las crónicas del conflicto, Pastrán logró activar el mecanismo para eyectarse del avión y salvó su vida. Casado, por su parte, no logró salir de la cabina y murió al caer. Pastrán se salvó pero fue tomado prisionero por los británicos.
Las horas posteriores al incidente marcaron el avance de las tropas británicas y derivaron en la rendición argentina del 14 de junio. Superadas en el combate del Monte Tumbledown, las fuerzas argentinas debieron replegarse y el avance de los británicos hacia Puerto Argentino era inevitable.
Sobre las 21 horas de ese día, el gobernador militar de las Malvinas Mario Menéndez accedió a firmar la rendición.
A esa altura, los restos del capitán Casado ya se encontraban sobre una playa de la Isla Soledad, la más grande de las Malvinas. El cuerpo no sería encontrado hasta febrero de 1986, según informaron las propias autoridades británicas recién en 2008.
En efecto, el paradero de los restos de Casado fue una incógnita para la familia del difunto y las autoridades argentinas durante 22 años.
Casado fue el último fallecido de la Fuerza Aérea Argentina. Tenía 37 años y al parecer no pudo eyectarse del avión Canberra MK-62 en el que viajaba como copiloto cuando fue derribado por un misil lanzado por las fuerzas de Gran Bretaña la noche del 13 de junio de 1982.
— Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur (@MuseoMalvinas) June 13, 2019
En 2008, Reino Unido reveló que los restos del capitán cordobés habían permanecido desde 1986 en un armario de la central de Policía de Puerto Argentino. A través de una carta firmada por Meg Munn, representante de Territorios de Ultramar del Ministerio de Relaciones Exteriores, el Gobierno del Reino Unido ofreció sus disculpas a Argentina pero no pudo explicar la razón de la retención de los restos.
La carta, entregada por el embajador británico en Argentina al entonces vicecanciller argentino Victorio Taccetti, ofrecía al Gobierno argentino sepultar los restos en el Cementerio de Darwin, donde reposan los restos de todos los argentinos caídos en territorio malvinense.
Sin embargo, Argentina pidió que los restos, encontrados junto a piezas de un uniforme militar argentino, fueran repatriados hacia su territorio.
Los restos llegaron a Argentina en setiembre de 2008. Tras una ceremonia en el Aeroparque Jorge Newbery, fueron entregados a su familia y trasladados al cementerio de Carlos Paz, donde fueron enterrados.