El segundo puesto en la Copa América de Brasil fue para Perú algo más que una buena campaña deportiva. El historiador Daniel Parodi explicó qué significó la victoria sobre Chile en semifinales y cómo el proceso de Ricardo Gareca sirve a las políticas de transparencia del país.
por Socio Informativo
Agencia de Noticias Sputnik
A pesar de que el trofeo se quedó en Brasil, la edición de la Copa América dejó un sabor a victoria entre los aficionados peruanos. Es que haber alcanzado la final del torneo después de 44 años y haberle jugado de igual a igual a la poderosa selección brasileña estuvo lejos de significar un fracaso para el equipo Del argentino Ricardo Gareca.
La buena participación complementó otro logro materializado en 2018, cuando Perú volvió a estar en una Copa del Mundo después de 36 años.
El argentino Gareca asumió su cargo en marzo de 2015 y su continuidad ya supera el promedio de los entrenadores de la selección peruana, a la que se le hacía difícil mantener uno por más de dos años.
La campaña de los dirigidos por Gareca en la Copa América, además, tuvo un condimento extra: haber eliminado a Chile, el tradicional rival, con un contundente 3-0 en semifinales.
Para el historiador peruano Daniel Parodi, docente en la Universidad de Lima y la Pontificia Universidad Católica de Perú, la victoria frente a Chile fue clave para el ánimo de todos los peruanos por la importancia que el ‘clásico del Océano Pacífico’ tiene para ambos países. Una rivalidad futbolera que, para el historiador, le debe mucho a la forma en que se resolvió la ‘Guerra del Pacífico’, que enfrentó a ambos países entre 1879 y 1884.
«El problema entre Perú y Chile es que ambos países tenemos en el imaginario colectivo un acontecimiento del pasado que no hemos sabido procesar bien y al no procesarlo bien no lo hemos sabido superar», sostuvo Parodi.
La guerra culminó con la firma del Tratado de Ancón, que restableció la paz y otorgó a Chile el dominio de las regiones de Tarapacá, Tacna y Arica. Según Parodi, «la historia oficial chilena respecto a la Guerra del Pacífico se ha construido quizás a partir de un excesivo orgullo por la victoria, sin preocuparse por el daño ocasionado al perdedor».
Del lado peruano, el historiador identifica que el episodio dejó «un rencor, una herida sangrante y dolorosa que permanece abierta a pesar de los años».
Según Parodi, los dos países del Pacífico debieron aplicar «políticas de reconciliación» como las que ejecutaron Francia y Alemania luego de la Segunda Guerra Mundial, con el objetivo de poder trabajar en la creación de la Comunidad Económica Europea.
«Nos ha faltado trabajar el tema bilateralmente, a través de una suerte de política de gestos binacionales para cerrar las heridas. Eso no implica olvidar el pasado pero es que sí superarlo para que deje de manifestarse en el presente a través del fútbol», explicó.
El historiador diferenció, por ejemplo, lo que sucedió en la final frente a Brasil, cuando Perú cayó derrotado pero «era fútbol y solo fútbol», e incluso permitió que los futbolistas brasileños felicitaran a los peruanos en la entrega de medallas. En la semifinal frente a Chile, en contraposición, «se jugaban otras cosas, se jugó con los dientes apretados porque está la memoria de que algo pasó y no hemos sabido procesar».
«Los partidos entre Perú y Chile siempre van a tener un ingrediente nacionalista fuerte, que en algunas ocasiones se puede salir de las manos», apuntó el especialista.
En ese sentido, recordó las agresiones que sufrió la delegación peruana en Santiago en octubre de 1997, cuando se disputaba un partido clave para clasificar a la Copa del Mundo de Francia de 1998. En 2001, ya en las clasificatorias para Corea-Japón 2002, hubo una suerte de ‘revancha’ en Lima, cuando fanáticos peruanos agredieron el autobús chileno con piedras.
La fase clasificatoria para Rusia 2018 también dejó enfrentados a ambos países, ya que los chilenos denunciaron un ‘pacto’ entre Perú y Colombia, que empataron a 1 en el último partido de la serie en Lima, para dejar fuera del Mundial a Chile.
Chile calificó el episodio como el ‘pacto de Lima’ e inició un reclamo ante la FIFA para descalificar a Perú, algo que finalmente fue descartado por el organismo rector del fútbol mundial.
La victoria 3-0 de Perú sobre Chile en esta edición de la Copa también fue celebrada por los peruanos porque, señaló Parodi, «llegamos a percibir el exceso de confianza de Chile, llegamos a saber que estaban pensando ya en Brasil y que veían el partido con Perú como un mero trámite».
Gareca y la lucha contra la corrupción
La victoria sobre Chile no fue el único elemento de la campaña que trascendió lo deportivo. El historiador destacó que el éxito de la gestión de Gareca también comienza a contagiar a los peruanos, que ansían consolidar un sistema político más transparente luego de los escándalos vinculados a la empresa Odebrecht que afectó a varios expresidentes.
Según Parodi, el proceso de Gareca ha generado una ‘sinergia positiva’ entre una gestión deportiva exitosa y varias acciones llevadas adelante por el actual Gobierno de Martín Vizcarra, la Fiscalía de la Nación y el Poder Judicial en la lucha contra la corrupción.
«Al mismo tiempo que el actual Gobierno de Vizcarra está en un proceso de sacar adelante una reforma política de fortalecimiento institucional para evitar el dinero sucio en los aportes de campaña, el ‘Tigre’ Gareca le muestra al país que una política de Estado bien hecha, que se mantiene en el largo plazo puede obtener sus frutos», apuntó.
El historiador señaló que, si bien se trata de dos eventos que «en principio no tendrían ninguna relación» entre sí, generan «en el ambiente una suerte de optimismo».