BUENOS AIRES – El Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció que las entidades bancarias solo podrán girar capitales al exterior previa autorización del organismo.
«Las entidades financieras deberán contar con la autorización previa del Banco Central para la distribución de sus resultados», dice el comunicado emitido este 30 de agosto por el organismo.
La nueva disposición de la autoridad monetaria para controlar la fuga de divisas, que entra en vigor este 30 de agosto, tiene lugar ante una sangría ininterrumpida de las reservas.
«La Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias tendrá en cuenta, entre otros elementos, los potenciales efectos de la aplicación de las normas internacionales de contabilidad», añade la comunicación «A» 6768 del BCRA.
Al restringir el giro de utilidades al exterior, el Banco Central espera atenuar la caída de sus reservas, que se redujeron 15% desde las elecciones primarias del pasado 11 de agosto, en las que el oficialismo perdió por más de 16 puntos porcentuales de diferencia.
Las reservas del BCRA cayeron desde los comicios y hasta la fecha 10.268 millones de dólares, pues el 9 de agosto pasado contaba con 66.309 millones y el día 29 se habían reducido a 56.046 millones.
Los mercados reaccionaron con desconfianza esta semana a la decisión del Gobierno argentino de diferir el pago del crédito que mantiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI), extender los vencimientos de la deuda de corto plazo, postergar los plazos de los títulos bajo jurisdicción extranjera e impulsar una ley para prolongar los bonos bajo ley nacional.
Fitch, Moody’s y Standard and Poor’s recortan la calificación de la deuda Argentina
La calificadora de riesgo Fitch bajó la nota de la deuda argentina de «CCC» a un cese de pagos técnico tras la decisión unilateral del Gobierno de posponer los vencimientos de títulos soberanos, de acuerdo a un comunicado de la agencia.
«La rebaja de la calificación a ‘RD’ se debe a la extensión unilateral del Gobierno de los repagos en ciertas obligaciones de deuda», sostuvo Fitch en el texto difundido en su página web.
La agencia calificadora cuestionó específicamente que el Gobierno posponga entre tres y seis meses las Letras en dólares y en pesos argentinos que emite el Tesoro, dependiente del Ministerio del Interior.
«De acuerdo con sus criterios, Fitch cree que Argentina está en incumplimiento de sus obligaciones soberanas y que este desarrollo constituye un ‘canje de deuda forzado'», indicó en su comunicado.
Moody’s, por su parte, dijo el 29 de agosto que recortó en tres escalones la nota de la deuda argentina de «B2» a «Caa2» por la decisión del Gobierno de postergar sus vencimientos soberanos.
«Moody’s baja las calificaciones de Argentina a Caa2», anunció la agencia en un comunicado en su página web.
La agencia crediticia evalúa con el indicador «Caa2» a las economías cuyas obligaciones están en una situación pobre y conllevan un alto riesgo crediticio.
«La decisión de Moody’s de bajar las calificaciones de Argentina refleja la creciente expectativa de pérdidas para los inversores como consecuencia de una presión cada vez mayor en las finanzas del Gobierno», explicó Moody’s.
El Banco Central restringió el 29 de agosto el giro de utilidades al exterior al exigir una autorización a las entidades bancarias que quieran sacar capitales del país.
La autoridad monetaria adoptó esta medida para atenuar la caída de sus reservas, que se redujeron 15% desde las elecciones primarias del pasado 11 de agosto, en las que el oficialismo perdió por más de 16 puntos porcentuales de diferencia.
Desde aquellos comicios, la moneda local se depreció 32%.
El 28 de agosto, la agencia Standard and Poor’s recortó la calificación de la deuda a largo plazo a «default selectivo» pero al día siguiente la elevó a «CCC-» y a «C» la de corto plazo.
El Gobierno de Mauricio Macri atraviesa una de las coyunturas políticas más difíciles desde que comenzó su gestión hace tres años y medio ante la inestabilidad económica que pone en duda la solvencia financiera de este país sudamericano.
En un contexto de recesión y una inflación que alcanza el 54,4%, Macri lidia con una baja credibilidad desde que obtuvo una dura derrota en las elecciones primarias frente al peronista y opositor Alberto Fernández, que aspira a ganar los comicios generales del próximo 27 de octubre acompañado en la fórmula por la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).