Los precios del petróleo se disparan en las bolsas de todo el mundo luego de que Arabia Saudí anunciase una pérdida en su producción de 5,7 millones de barriles diarios. Para los mercados petroleros, es la peor interrupción repentina de la historia, superando incluso la pérdida de suministro de petróleo kuwaití e iraquí en agosto de 1990.
Los precios de la marca de referencia Brent subieron hasta 11,73 dólares, para llegar a 71,95 dólares por barril en las primeras operaciones de la bolsa de Singapur. Al medio día del 16 de agosto, tanto el Brent como el referente WTI se comercializaba a un precio alrededor de un 12% más alto que en la mañana.
La subida arrastró consigo el precio del gas natural, cuyo coto incrementó entre un 1,5 y un 2%.
Arabia Saudí se vio obligada a retener el 50% de su producción —cerca del 5% de la producción global— luego de varios drones atacasen la instalación de procesamiento de crudo más grande del mundo en Abqaiq y el segundo campo petrolero más grande del reino en Khurais.
Tras la ofensiva, el índice clave de la Bolsa de Valores de Arabia Saudita, Tadawul All Share (TASI), registró una caída de alrededor del 2,3%. El reino puede reiniciar un volumen significativo de la producción de petróleo detenida en cuestión de días, pero necesita semanas para restaurar la capacidad de producción en su totalidad.
Por ahora, tanto los mayores productores como los consumidores pueden utilizar sus reservas acumuladas para tratar de contener la subida de los precios a nivel global. Así, el presidente de EEUU, Donald Trump, autorizó la liberación del crudo de la Reserva Estratégica de Petróleo de su país «de ser necesario».