Un puñado de supercorporaciones tiene más poder en nuestras vidas que la mayoría de los países del mundo, según un reciente estudio publicado por un grupo internacional de científicos. Su poder económico es capaz de poner a su servicio la política, la ciencia, e incluso el medio ambiente.
En un nuevo estudio, un equipo internacional de investigadores sugiere que, aunque no lo sintamos en nuestro día a día, un grupo de élite de corporaciones transnacionales ejerce una influencia descomunal sobre el planeta y sus habitantes.
«La escala en la que operan las empresas transnacionales y la velocidad y conectividad que promueven por todo el mundo no tienen precedentes en la historia», explican los investigadores, dirigidos por el científico ambiental Carl Folke, de la Real Academia de Ciencias de Suecia.
Este tipo de observaciones no son nuevas, se observa en el estudio publicado en la revista científica Nature Ecology & Evolution.
Su impacto se puede observar con claridad sobre el medio ambiente, donde solo las primeras 100 empresas más poderosas son responsables del 70% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
En el sector tecnológico, los gigantes de la industria disfrutan de un dominio casi monopolista sobre los resultados en las redes sociales, las búsquedas y servicios en internet.
Las compañías farmacéuticas y energéticas son tan poderosas que pueden generar crisis de salud en determinadas regiones del mundo o dejar sin electricidad a países enteros.
Pero solo porque las compañías transnacionales ejerzan tanto poder no significa que no puedan actuar de manera responsable, dicen los investigadores. Folke y sus colegas subrayan que los compromisos voluntarios de las multinacionales con la sostenibilidad en las últimas dos décadas no han sido lo suficientemente efectivos, ni que la regulación gubernamental ha sido lo suficientemente fuerte. Añaden que esto tiene que cambiar.
«Comprender y actuar sobre la nueva dinámica del Antropoceno es fundamental para el bienestar humano, y las transnacionales claramente son parte de ella (…) El dominio global de las empresas transnacionales es una realidad del Antropoceno, y se necesita urgentemente un cambio transformador», escriben los autores.
Al observar el desempeño de las empresas transnacionales en campos como el de la agricultura, la silvicultura, la vida marina, los minerales y la energía fósil, los investigadores concluyen que podría haber evidencias de que se está girando hacia un modelo de gestión corporativa de la biosfera.