Los baños de vapor vaginal son considerados un método de higiene íntima y están de moda en salones de belleza y spas de todo el mundo. También son conocidos como ‘faciales vaginales’ y, entre los mitos en su torno, se dice que provienen de la medicina ancestral maya. Pero los ginecólogos no recomiendan su práctica.
¿Qué tal pasar un día en el spa, mimando el cuerpo y probando esencias relajantes que ayudan a mantenerlo hidratado y limpio? Sin embargo, médicos y especialistas de la salud advierten que en muchos de estos lugares también se pueden encontrar prácticas no recomendadas, como los baños de vapor vaginales.
Entre sus supuestos beneficios están la reducción de infecciones, aumento de la libido, regulación del ciclo menstrual o auxilio con la fertilidad, entre otros. Este tipo de tratamiento para las zonas íntimas se volvió más popular cuando la marca Goop, de la actriz Gwyneth Paltrow, comenzó a recomendar su práctica como el secreto de la actriz para mantenerse siempre joven y bella. Otras celebridades, como Chrissy Teigen, también contribuyeron con su popularidad.
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Pero los mitos son muchos y los riesgos también. Algunos spas que ofrecen este servicio sostienen que se trata de una práctica centenaria en países de Asia y África, que se llama a veces ‘baños del yoni’ y sirven para desintoxicar la vagina. A su vez, otros servicios aseguran que el vapor vaginal forma parte de la medicina ancestral maya.
¿Cómo se hace un baño de vapor vaginal?
En este tipo de baños, las mujeres se sientan sobre una mezcla de agua caliente y hierbas terapéuticas como albahaca, caléndula y rosa, entre otras. Es muy similar al vapor que se aplica para un tratamiento facial o una vaporización para despejar las vías respiratorias.
Según describen sus defensores, las propiedades medicinales de las hierbas que entraron en la vagina a través del vapor hacen que se perciba una sensación de profunda de limpieza y sanación en esta zona del cuerpo.
¿Qué dice la ciencia?
Hay ginecólogos, sin embargo, que alertan de que esta práctica puede ser peligrosa y afirman que no existe ninguna evidencia científica que sostenga las afirmaciones que la promueven. Por ejemplo, Vanessa Mackay, portavoz del Colegio Real de Ginecólogos y Obstetras de Reino Unido, dijo a BBC que es un mito que la vagina requiera algún tipo de limpieza extensa o tratamiento.
«La vagina contiene buenas bacterias que están ahí para protegerla», afirmó la médica, que recomienda utilizar jabones sin perfume y solo en la zona externa de la vulva.
«Echar vapor a la vagina puede afectar al sano equilibrio de bacterias y niveles de pH y causar irritación, infecciones (como vaginosis bacteriana o candidiasis) e inflamación. También podría quemar la delicada piel alrededor de la vagina (y la vulva)», aclaró Mackay.
De hecho, en agosto, el caso de una canadiense de 62 años que sufrió quemaduras de segundo grado por probar un baño de vapor vaginal hizo eco en el mundo. La señora había acudido a este tratamiento para calmar consecuencias de un prolapso vaginal y evitar una operación, pero fue peor el remedio que la enfermedad.