La colectividad judía en todo el mundo celebró el comienzo del año 5.780 con una serie de tradiciones centradas en la gastronomía y el encuentro familiar.
El término Rosh Hashaná significa literalmente ‘cabeza de año’ y es el hito que da comienzo a un nuevo año para la colectividad judía de todo el mundo, que con la aparición de la primera estrella en el cielo el domingo 29 de septiembre celebró la llegada del año 5.780.
El año nuevo judío se da al inicio del mes tishréi en el calendario hebreo, coincidente con los meses de septiembre u octubre del calendario gregoriano. La fecha conmemora el día en que Elohim (dios) creó el mundo.
Una de las características principales de la celebración es la reunión familiar. En efecto, la tradición indica que las familias reciben el año nuevo con una cena en la que no falta la jalá, el clásico pan trenzado que se come los días de descanso, el shabat. En Rosh Hashaná, se presenta dulce, en forma circular o en espiral, para representar el carácter cíclico del año.
Antes de comer la jalá, los comensales recitan el kidush, la bendición tradicional de cada shabat y celebración judía, además del hamotzi, la bendición del pan.
¿Qué se come en Rosh Hashaná?
Tampoco falta la manzana con miel, que da el sabor dulce fundamental en la celebración del año nuevo judío. De hecho, el saludo típico en Rosh Hashaná es ‘Shaná tová umetuká’, que expresa el deseo de tener un ‘año bueno y dulce’.
La mesa de año nuevo también puede tener otras comidas en base a alimentos que simbolizan deseos fundamentales como la multiplicación de las virtudes o el alejamiento de los enemigos. Deben ser consumidos en un orden determinado para garantizar los buenos augurios. Entre ellos están:
- zanahoria;
- puerro;
- remolacha;
- dátiles;
- calabaza;
- granada;
- cabeza de pescado
Otras tradiciones
También hay tradiciones que escapan a lo gastronómico como el toque del shofar, término hebreo para designar al cuerno de carnero o cabra que se utiliza como instrumento musical durante los rezos. El sonido del cuerno simboliza el arrepentimiento por las malas acciones cometidas durante el año y propicia la introspección, otro de los puntos básicos de la celebración.
Otro de los rituales ocurre durante la primera tarde de Rosh Hashaná: las personas deben acercarse a un lago, estanque o cualquier cuerpo de agua en el que haya peces para sacudir la punta de su ropa. El acto simboliza la expulsión de los pecados hacia el mar.