En esta era digital es mejor tener controlado cuánto de ti y con quién o quiénes compartes en las redes.
Es un hecho comprobado que cuando postulas a un trabajo las empresas ya no se limitan a estudiar tu Curriculum Vitae. Con la magia de Google, basta teclear tu nombre completo y de inmediato aparecerán tus redes sociales. Si eres un usuario activo, Facebook, Instagram, LinkedIn y Twitter le dirán todo de ti al que se tome la molestia de investigar y, en este punto, si no has sido lo suficientemente precavido, podrías arrepentirte.
En efecto, no importa qué tan impecable sea tu currículo, ni qué buenos resultados obtengas en entrevistas o test. Si en tus redes sociales, por ejemplo, hay muchas imágenes tuyas bebiendo o si abundan las discusiones virtuales o los chismes, lo más probable es que no avances al siguiente nivel en tu postulación.
Para evitar esos malos ratos, es conveniente hacer una limpieza de redes sociales con regularidad. Aceptar que los límites de la intimidad en internet son difusos y cada cierto tiempo mirar tus propias publicaciones con ojo crítico, como si fueses un extraño y no el autor.
Precauciones a tomar
Según Uri Martinich, experto SEO de la agencia roi.cl: “En estudios realizados por Microsoft en conjunto con Cross-Tab (2010) y por BranYourSelf (2011), se determinó que el 70 % de las empresas había rechazado a un postulante por lo que encontró en Google al buscarlos”. Es por esto mismo que hay distintas precauciones que se pueden tomar a la hora de ocupar las diferentes redes sociales.
En primer lugar, hay que tener bien claro quiénes son aquellos que pueden ver nuestro contenido. Para ello hay que revisar quiénes son nuestros seguidores y hacer una limpieza en el caso de que se tengan personas o cuentas indeseadas. Sin embargo, todo esto puede ser inútil si no se tiene control de la privacidad de las publicaciones.
Estos son los elementos que debieras considerar:
Fotografías: En todas las redes, pero especialmente e Facebook e Instagram, es imprescindible que revises cada fotografía que has publicado y canceles las etiquetas de las imágenes tuyas publicadas por tus amigos en situaciones no muy profesionales. Todos nos hemos ido de copas y hecho el loco alguna vez, pero te evitarás un dolor de cabeza adicional si no publicas este tipo de imágenes, ni aceptas que te etiqueten en ellas. Tus amigos, si verdaderamente lo son, entenderán tu punto de vista y te apoyarán.
Páginas: Haz un análisis exhaustivo de todas las páginas a las que has dado “Me gusta”, así como de tus comentarios y declaraciones de intenciones. Evita conflictos y elimina aquellas publicaciones que te hagan sentir incómodo o que pudiesen ser sacadas de contexto en algún momento.
Datos personales: Si estás postulando a un nuevo trabajo y sabes que tus redes sociales están en la mira, es vital que mantengas siempre tu información de contacto actualizada, tanto de lugar de residencia y dirección, como de nuevas experiencias laborales y proyectos en los que te encuentres trabajando. La red por excelencia en el ámbito laboral es LinkedIn, pero no es menos cierto que actualmente, todas las redes son una ventana que te puede poner en contacto con futuros clientes o virtuales empleadores.
Privacidad: En sus configuraciones de inicio, Facebook te da la oportunidad de decidir quién podrá acceder a tus publicaciones y datos, así como quien podrá publicar en tu muro. Analiza cuidadosamente las alternativas que se te plantean y no dudes en restringir el acceso a tus fotografías o publicaciones a quienes no te generen la confianza suficiente.