Ante los hechos ocurridos durante la jornada de este viernes y el Estado de Emergencia declarado por Sebastián Piñera, como directiva nacional del Partido Progresista de Chile:
1. Esta fue la protesta o revuelta social más grande luego del fin de la dictadura, como expresión del descontento generalizado frente a las alzas constantes en servicios de primera necesidad y frenes al estado permanente de abuso. Todo ello, expresión de un modelo neoliberal que mantiene a nuestra sociedad estresada, endeudada y sin protección del Estado. Por eso, como progresistas respaldamos las evasiones masivas como forma legítima de protesta de acuerdo al alza del costo del pasaje del metro en Santiago y de la calidad de vida en general.
2. Ante la crisis de la evasión, la única respuesta de Piñera y su Gobierno fue la represión y el uso de la fuerza, primero de carácter policial, y luego decretando estado de emergencia, sacando militares a la calle por primera vez desde 1990 para enfrentar la protesta social. A nuestro parecer, el Presidente pudo partir abriendo una mesa de diálogo para encontrar solución al malestar expresado en la evasión, pero en lugar de eso las declaraciones de las autoridades posicionaron al gobierno en la intransigencia y en la arrogancia de no tranzar. Sólo tomó razón de necesidad del diálogo cuando tenía a las tropas en la calle. La incapacidad para escuchar la demanda ciudadana por parte del gobierno y la élite cuyos intereses defiende, contribuyeron a profundizar el conflicto.
3. La violencia y la situación general que vivimos el día de ayer son, principalmente, un síntoma más de una sociedad cansada del estado permanente de abuso y, en específico frente a lo ocurrido ayer, es también efecto de la incapacidad del gobierno de leer las señales de la sociedad: su decisión de cerrar la red del Metro fue lo que colapsó la ciudad, su decisión de reprimir en forma violenta y no atender la legitimidad de las demandas sociales fue lo que hizo que el conflicto creciera. No hubo plan de contingencia ante la ciudadanía que salía de la jornada laboral a sabiendas que el cierre del metro generaría un colapso de la ciudad. Por eso rechazamos enérgicamente las decisiones de este gobierno, su Presidente Piñera y sus ministros para enfrentar las demandas ciudadanas, las cuales sólo buscaron y buscan criminalizar a las y los trabajadores.
4. No habrá soluciones al problema de fondo que se develó en la revuelta social si se persiste en mantener un modelo de país a escala de los intereses de la élite y se persevera en pretender regular los conflictos sociales a través del uso de la fuerza policiaco-militar. Si la élite no escucha a la ciudadanía, si no reconoce la validez de las demandas sociales y criminaliza la disidencia, difícilmente podremos avanzar hacia una sociedad en donde los chilenos y chilenas se sientan seguros, viviendo en justicia social y parte de la prosperidad de nuestra tierra. Es la hora de transitar a un nuevo pacto social, a levantar la demanda por una nueva Constitución y por construir un país de democracia y derechos sociales.