SANTIAGO – La autoridad visitó el recinto asistencial, que en las últimas 24 horas recibió 6 disparos de bala, y que ingresaron a dependencias donde se encontraban pacientes hospitalizados. En la oportunidad, se reunió con el alcalde de San Ramón, trabajadores de la salud, directivos y usuarios del establecimiento.
“Un lugar que debiera ser un santuario de tranquilidad y paz se está transformando en un botín de guerra y vamos a tener que blindarlo”, con esas palabras el ministro de Salud, Jaime Mañalich, se refirió a los graves incidentes que han afectado al recinto. En particular, seis impactos de bala que ingresaron a diferentes pisos del hospital en las últimas dos jornadas.
“Esto era de rara ocurrencia porque es cierto que aquí hay bandas rivales, de narcotraficantes que compiten por territorio y, ocasionalmente, llegaba alguna bala, pero lo que ha pasado en los últimos días es algo inaceptable. Que entren balas locas o directamente disparado al hospital seis proyectiles que -afortunadamente no causaron daños ni a pacientes ni a personal de la salud- es inaceptable”.
La autoridad se reunió este mediodía con los equipos de salud y funcionarios del establecimiento, además de representantes del comité de usuarios, el alcalde de San Ramón, Miguel Ángel Aguilera, y representantes de Carabineros y de la Policía de Investigaciones.
En la oportunidad, el ministro anunció que -en el marco de la ley recién aprobada que protege a los trabajadores de salud -, se reforzarán las instalaciones del Hospital Padre Hurtado: se instalarán cámaras de seguridad y detectores de metales en los ingresos, se revestirán las mamparas del servicio de urgencia y los ventanales del edificio para que resistan los impactos de bala, entre otras acciones.
Para mayor seguridad, también se trasladó de lugar a algunos pacientes a otras áreas del hospital más seguras. Y se derivaron otros siete, a otros recintos asistenciales como los hospitales de La Florida y Sótero del Río.
El Ministro de Salud afirmó que se reunió con la prefectura de Carabineros y con la prefectura de la PDI, iniciando un perímetro de protección para el Hospital Padre Hurtado con rondas de carabineros con ocho efectivos policiales por turno en forma permanente, además de la instalación de un punto fijo en el establecimiento. Además habrá despliegue de vehículos municipales para proteger al barrio.
“Dejar que la bandas de delincuentes capturen el hospital es un extremo al que nunca habíamos llegado”, dijo el ministro Mañalich, quien añadió que otros recintos de salud también han sufrido daños por la violencia, como los hospitales: San José, Coquimbo, Andacollo, Llay-Llay y Puerto Montt. Además de algunas sucursales de Fonasa, de la Compin y servicios de urgencias de atención primaria.