Con cientos de colegios y liceos custodiados por fuerzas especiales, más de 110 mil estudiantes fueron convocados a rendir por segunda vez la prueba de selección universitaria (PSU). Todo esto luego del boicot que se desarrolló durante la primera evaluación, y que mostró el rechazo que la mayoría de secundarias tienen hacia esta prueba.
Por Matilda Valenzuela
Se llevó nuevamente adelante un segundo intento de rendición de la PSU, en medio de múltiples movilizaciones organizadas por estudiantes a lo largo de Chile. Para esta ocasión se pudo ver un gran contingente policial en muchos establecimientos, con policías del GOPE en su interior, y policías de investigaciones en las afueras de los recintos. Desde el día sábado comenzaron a custodiar, poniendo vallas en las cuadras cercanas para evitar la toma de los colegios. Quienes tenían que rendir la prueba correspondían a un 30% del total de inscritos.
Al momento de su rendición, carabineros pedía células de identidad y la tarjeta de identificación para poder acceder a los establecimientos.. Cada sede contaba con un oficial en su interior. Muchos apoderados se manifestaron molestos por el procedimiento que se siguió, incluso algunos denunciaron el que se quitara objetos personales, como toallas higiénicas, mostrando un actuar humillante, ya conocido por las fuerzas represivas del Estado.
Además de esto, muchas sedes reasignadas a los estudiantes, estaban muy lejos de su alcance, por ejemplo, a estudiantes de Antofagasta se les pedía realizar su prueba en otras ciudades como Arica, como si fuese tan fácil costear además de la prueba, los pasajes. Otro de los reclamos también apuntaba en que algunas sedes no contaban ni con sillas ni mesas para su realización.
El rechazo a la PSU, un filtro de clase
Aún así, las manifestaciones se desarrollaron en todo Chile. En Santiago los estudiantes protestaron en Plaza Egaña, y el metro se vio obligado a cortar la luz. También hubo manifestaciones a las afueras de la universidad de San Sebastián. En más de tres sedes se tuvo que cancelar el examen, y mientras el Gobierno atribuía a que la rendición de esta prueba, significaba la aprobación de los estudiantes a la PSU, lejos estaban de ver que precisamente es una prueba obligatoria para poder acceder a estudios superiores.
En la ciudad de Arica fueron arrestados 10 estudiantes, entre ellos Renato Ramírez, estudiante de inglés de la UTA, corresponsal de la izquierda diario Chile, y militante de la agrupación estudiantil Vencer. Luego de mantenerlos horas incomunicados, fueron liberados durante la tarde del lunes. Al mismo tiempo se mostró una gran solidaridad contra quienes habían sido detenidos.
La cifra llegó a 68 estudiantes hasta el momento, en todo el país. Si bien el Gobierno y el Cruch, plantearon que no hubieron incidentes durante las primeras horas de la jornada, tuvieron que rápidamente retractarse de sus palabras, ajustando su discurso.
¡Hay que derribar la PSU y la educación de mercado!
Para Renato Ramírez, “La movilización de hoy sigue mostrando el amplio rechazo que genera esta prueba segregadora y clasista”. No solo este tipo de pruebas estandarizadas viene siendo rechazada, sino que todo el sistema actual de educación en Chile, también lo viene siendo. “Es por esta razón, que todos los organismos estudiantiles, y de trabajadores de la educación deben ponerse a la cabeza, no solo de levantar una gran campaña contra la represión, sino que también un plan, en donde se ponga al centro, el cómo buscaremos acabar con toda la educación de mercado, que deja a fuera a los hijos de las familias más vulnerables del país”, dijo el integrante de Vencer.
Se vienen meses claves para preparar organizadamente la llegada de marzo, en donde la fuerza de la espontaneidad vivida estos últimos meses, puede encontrar un cauce, para estrellarse con este obstáculo que impide que miles estudiantes puedan estudiar, como lo es la PSU.
