Con el objetivo de proteger a la población de riesgo frente a la expansión del coronavirus, emprendedores chilenos desarrollan el primer el vehículo sanitario, en base a energías renovables, que permite tomar muestras del COVID-19 en tres comunas de Santiago.
Por *Carolina Trejo
Diseñado por la empresa tecnológica Antü Energía, enfocada en el desarrollo de soluciones tecnológicas y energéticas renovables, y SmartCargo la iniciativa contó con el respaldo de la Asociación Chilena de Farmacias Populares (Achifarp) y la Asociación Chilena de Municipalidades, quienes en conjunto buscaban dar una rápida respuesta a la crisis sanitaria fruto del avance de la pandemia del coronavirus en el país sudamericano.
«Vimos la necesidad y el problema que se suscitó cuando el gobierno llamó a vacunarse contra la influenza, y los consultorios y los Centros de Salud Familiar (CESFAM) se agolparon de gente para vacunarse, contradiciendo todas las recomendaciones de aislamiento social, distancia, y evitar desplazamiento y salir de casa», relata Manuel Mata gerente general y fundador de Antü Energía.
Una medida que produjo todo lo que se buscaba evitar, por lo que la solución en ese momento para Mata fue simple «hay que ver la posibilidad de vacunar a domicilio».
Idea que se integró a lo que ya venía trabajando la Achifarp, que estaba analizando la posibilidad de importar carros eléctricos, pero con aplicaciones mucho más diversas.
«Eran bastante polifuncionales, desde farmacias móviles a domicilio hasta otras iniciativas que están en estudio, y cuando surge este tema (pandemia), empezamos a modelar un carro que se convirtiera en vacunatorio móvil«, señala Daniel Jadue, alcalde de la comuna de Recoleta.
Fue así que nace este vehículo eléctrico de fabricación chilena, un monoplaza que cuenta con un sistema de refrigeración y energización a base de baterías de litio, «lo cual permite que solo un enfermero pueda visitar a domicilio a la población de alto riesgo, hacer tests del coronavirus y vacunación de influenza», explica Mata, reduciendo con ello cualquier tipo de desplazamiento de la población de riesgo, y evitando así mayores contagios.
El pequeño vehículo piloto, que inició su tarea en la comuna de Recoleta, impulsora del innovador modelo eléctrico, tiene una autonomía de 140 kilómetros de operación y 15 horas continuas de refrigeración que permiten almacenar vacunas y muestras individuales para el análisis de contagio por COVID-19, capacidades que tienen satisfechas a las autoridades comunales.
«La implementación ha sido bastante exitosa porque por ser un carrito bastante pequeño, bastante versátil, se puede meter en todos los barrios, en los pasajes más pequeños, llega hasta donde están los adultos mayores, y nos ha permitido ir vacunando entre 320 a 340 personas diarias, que tenían o problemas de movilidad o movilidad reducida, o claramente que estaban postrados», detalla el alcalde Jadue.
Hoy las comunas de Recoleta, La Reina y Peñalolén cuentan con sus vacunatorios eléctricos móviles, y dos más están en conversación con Antü Energía, quienes desean poder formar una flota de monoplazas para realizar «rutinas intensivas de vacunación» que puedan ir no solo a los grupos de riesgo que manejan los CESFAM de cada comuna, sino a empresas o domicilios, cumpliendo con los protocolos sanitarios y en base a energías sustentables que el mundo necesita.
*Licenciada en Historia y Comunicación Social y Periodismo. Columnista y reportera de Sputnik. Ha sido periodista de investigación y realizadora en televisión durante los últimos 20 años. Comenzó en 1997 en el programa de reportajes con más antigüedad de la televisión pública chilena, Informe Especial y luego se incorporó al área de reportajes de Canal 13, donde ejerció de directora, editora y guionista en diferentes proyectos documentales. Ha recibido premios del Consejo Nacional de Televisión de Chile, fue finalista del Premio Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo en 2014. Actualmente es académica de la Escuela de Periodismo de La Universidad de Chile y la Universidad de Santiago.