La pandemia de la enfermedad respiratoria COVID-19 (causada por el nuevo coronavirus) se terminará cuando todos los habitantes del planeta hayan sido infectados, lo que ocurrirá en poco más de un año, dijo el virólogo colombiano Jaime Castellanos.
«¿Cuándo va a terminar la pandemia? Cuando todas las personas del mundo hayamos sido infectadas, todos somos susceptibles entonces todos vamos a tener en algún momento el virus», afirmó Castellanos, director del Instituto de Virología de la Universidad de El Bosque de Bogotá.
Explicó que todos los humanos son «susceptibles» de contraer el nuevo coronavirus porque «era un virus que estaba en animales y empieza a infectar humanos, eso significa que los humanos no tenemos anticuerpos (elemento clave para combatir una infección de virus o bacterias que afecta al organismo)».
El nuevo coronavirus surgió en diciembre pasado en la ciudad china de Wuhan (sureste), se extendió a más de 150 países en semanas y este mes la enfermedad fue catalogada como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS).El profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia y de la Universidad de El Bosque afirmó que «seguramente también se va a terminar cuando aparezca la vacuna, pero la vacuna va a salir dentro de 18 meses».
Ante la pregunta de si la población se puede infectar antes de tener la vacuna, aseguró que «sí, los modelos matemáticos dicen que en un año aproximadamente el 70, 80% de los individuos del mundo habremos sido infectados».
Las medidas como las de aislamiento social que están adoptando los gobiernos de los países con casos de COVID-19 son para evitar la saturación de los sistemas de salud que deriven en numerosas muertes.
Afirmó que «la ventaja es que si nos infectamos despacito y controlamos la tasa de transmisión, la cantidad de enfermos va a ser menor y se van a poder salvar más vidas».
«Una situación de contagio masivo sin ninguna medida de control lo que va a causar es un colapso de los servicios de salud, de las camas de hospital, sobre todo las camas de cuidados intensivos que van a requerir los adultos mayores», añadió.Por su parte, el médico Fabio Grill Díaz, de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del hospital Maciel de Uruguay, dijo que el COVID-19 «vino para quedarse y en los próximos años persistirá, probablemente con menor agresividad».
Agregó que «los antecedentes de nuevos coronavirus tuvieron comportamientos diferentes, SARS (Síndrome respiratorio agudo grave) 2003 duró casi tres años y MERS CoV (síndrome respiratorio de Oriente Medio) del 2012 aún sigue el brote, aunque claramente en menor medida».
Castellanos y Grill Díaz coinciden en que una vez que una persona tuvo COVID-19 ya no se vuelve a infectar con el nuevo coronavirus que causa esa enfermedad.
El virólogo colombiano afirmó que «lo que dicen los expertos en China es que la persona que tuvo la infección produce anticuerpos que son protectores por lo menos por un año, así que esa persona no se vuelve a reinfectar».
En el mundo hay 413.467 casos confirmados y 18.433 muertos por el COVID-19, según el último informe de la OMS del miércoles.
Contagiosidad de SARS-CoV-2 indica que lo peor está por llegar en Latinoamérica
Cada brote local del nuevo coronavirus se presenta en general con muy pocos casos y, 15 días después, se registra un pico de crecimiento porque surgen todos juntos los contagiados del primer enfermo, explicó el virólogo colombiano Jaime Castellanos, director del Instituto de Virología de la Universidad de El Bosque de Bogotá.
«Arranca despacio, una transmisión por tres pacientes, y entre el día 15 o 20, aparecen simultáneamente los infectados de los originales que infectaron hace una semana, semana y media», explicó.La nueva cepa de coronavirus SARS-CoV-2 se detectó en diciembre pasado en la ciudad china de Wuhan (sureste) y se extendió a más de 150 países.
La enfermedad respiratoria que causa, bautizada COVID-19, este mes fue catalogada como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las autoridades de Brasil, que registraron el primer caso en América Latina, lo hicieron el 26 de febrero.
Para el 12 de marzo, es decir 15 días después, había 52 casos confirmados; el 17 de marzo se presentó la primera muerte y los casos subieron a 234, y el 23 de marzo hubo un gran salto en las cifras: 34 muertos y 1.891 infectados.
Para este jueves Brasil reportaba 57 muertos y 2.433 casos confirmados.
Castellanos, profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia y de la Universidad El Bosque, afirmó que «uno de los problemas más complejos que le vemos a este virus es que tiene una alta tasa de contagiosidad, lo que se ha llamado el «R sub cero» (número reproductivo básico), que es la medida de cuántas personas se contagian por cada infectado».Ese número «está entre 2,5 y tres, o sea un contagiado puede infectar a 2,5 o tres personas, entonces a los tres o cuatro días esas tres personas infectan, cada una, a tres personas», explicó.
«Eso significa que al tercer día por un infectado tendremos tres, a los seis días tendremos nueve, a los nueve días tendremos 27, a los 12 días tendremos 81 y así sucesivamente hasta que se haya alcanzado a todos los susceptibles», añadió Castellanos.
Aplanando la curva
Castellanos indicó que «si la transmisión ocurre sin ninguna medida (para impedirla), avanza rápidamente el virus por esa curva y llega a un pico y empieza a descender, pero lo que hacen las medidas es ese concepto de aplanar la curva».
Según el virólogo, el distanciamiento social «tiene mucho valor» porque el coronavirus tiene tres rutas de transmisión.La primera es «la cercanía; las personas expulsan gotas de saliva y esas secreciones pueden alcanzar a una persona que esté a menos de un metro».
La segunda «son las gotitas que quedan en el aire y pueden contagiar a una persona que estaba cerca; y la tercera es el contacto con superficies contaminadas por las secreciones de una persona infectada», detalló.
El virus puede sobrevivir en distinta superficies entre ocho y 12 horas.
Uruguay en situación preocupante
Los primeros cuatro casos de COVID-19 en Uruguay fueron anunciados por el Gobierno el viernes 13 de marzo, y el pasado miércoles ya había 217.
El médico Fabio Grill Díaz, de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del hospital Maciel, dijo que es «preocupante» la evolución del COVID-19 en Uruguay.Grill Díaz, expresidente de la Sociedad de Infectología Clínica del Uruguay, argumentó que «en una semana se diagnosticaron 100 casos y es casi similar a lo observado en el inicio de la epidemia italiana y española».
En España hay actualmente 56.188 casos confirmados y 4.089 muertos por COVID-19, mientras que en Italia hay 57.521 contagiados, y 7.503 fallecidos.
Grill Díaz espera que en Uruguay se dé la misma curva que en otros países, donde a los 20 días, aproximadamente, hay un crecimiento exponencial; «por ello nos estamos preparando», dijo.
Si bien no se puede asegurar que lo que está pasando en Europa «se reproduzca igual, sabemos que las posibilidades son muy grandes», estimó.
El 13 de marzo el director general de OMS, Tedros Adhanom, dijo que «Europa se convirtió en el epicentro de la pandemia COVID-19 y tiene más informes de nuevos casos y muertes que en los demás países juntos menos China».El domingo el representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Uruguay, Giovanni Escalante, dijo al diario local El País que «es de esperar que dentro de una semana se vea un auge de los contagios, esa curva puede crecer más si la gente no cumple con el aislamiento domiciliario».
El representante de la OPS sostuvo que «la experiencia que hemos visto en otros países, en especial en China y Corea del Sur, es que a las dos semanas levanta más la curva y luego empieza a estabilizarse».
Grill Díaz cree que en Uruguay «el aislamiento social con política diagnóstica intensiva parecería ser una de las medidas para lograr» estabilizar la curva de crecimiento del brote epidémico.
Chile se encuentra en fase 4 de prevención del COVID-19, el 19 de marzo comenzó a regir el estado de catástrofe en todo el territorio nacional y se cerraron las fronteras para extranjeros no residentes.
A finales de 2019, China informó de un brote de neumonía en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei (sudeste), causado por una nueva cepa de coronavirus llamada SARS-CoV-2.