Desde que los primeros informes revelaron que un nuevo coronavirus se estaba propagando rápidamente entre las personas, los investigadores han estado tratando de determinar si puede viajar por el aire. Sin embargo, hasta ahora sigue siendo una cuestión controvertida.
En un informe científico, la Organización Mundial de la Salud indicó que no hay pruebas suficientes que sugieran que el SARS-CoV-2 se transmita por el aire excepto en algunas excepciones.
Los funcionarios de salud dicen que el virus se transporta sólo a través de gotitas producidas al toser o estornudar, ya sea directamente o sobre objetos.
Sin embargo, los expertos que trabajan en enfermedades respiratorias transmitidas por el aire reconocen que reunir pruebas inequívocas de la transmisión por el aire podría llevar años y costar vidas.
«En opinión de los científicos que trabajan en esto, no hay absolutamente ninguna duda de que el virus se propaga por el aire», afirma la científica de aerosoles Lidia Morawska de la Universidad Tecnológica de Queensland en Brisbane, Australia. «Esto es algo obvio«.
Pruebas de transmisión aérea recogidas hasta ahora
Las pruebas de estudios preliminares e informes de campo de que el SARS-CoV-2 se está propagando en aerosoles son mixtas. En el momento más álgido del brote de coronavirus en Wuhan, China, el virólogo Ke Lan de la Universidad de Wuhan recogió muestras de aerosoles en los hospitales y sus alrededores que trataban a personas con COVID-19, así como en las concurridas entradas de dos grandes almacenes.
El científico encontró ARN viral del SARS-CoV-2 en varios lugares, incluyendo los grandes almacenes, sin embargo, no precisó si los aerosoles recolectados fueron capaces de infectar las células.
Asimismo los investigadores de Nebraska, EEUU, encontraron ARN viral en casi dos tercios de las muestras de aire recogidas en las salas de aislamiento de un hospital que trataba a personas con COVID-19 graves y en una instalación de cuarentena. Las superficies de las rejillas de ventilación también dieron positivo.
Ninguna de las muestras de aire fue infecciosa en el cultivo de células, pero los datos sugieren que «las partículas de aerosol viral son producidas por individuos que tienen la enfermedad COVID-19, incluso en ausencia de tos», escriben los autores.
Los científicos de EEUU han demostrado en el laboratorio que el virus puede sobrevivir en un aerosol y seguir siendo infeccioso durante al menos tres horas. Aunque las condiciones del estudio eran «altamente artificiales», probablemente existe «un riesgo no nulo de propagación a larga distancia por el aire«, indicó el coautor Jamie Lloyd-Smith, investigador de enfermedades infecciosas de la Universidad de California en Los Ángeles.
La posición de la OMS y problemas de transmisión aérea del virus
La OMS señala que la evidencia de ARN viral «no es indicativa de un virus viable que pueda ser transmisible». El informe también presenta su propio análisis de más de 75.000 casos de COVID-19 en China que no informaron de haber encontrado transmisión aérea.
El problema es que se desconoce si las personas con COVID-19 producen suficientes aerosoles cargados de virus para constituir un riesgo, reconoce Lloyd-Smith. Además no se sabe la dosis infecciosa: el número de partículas de SARS-CoV-2 necesarias para causar una infección, agrega.
«Si estás respirando un virus en aerosol, no sabemos cuál es la dosis infecciosa que ofrece una posibilidad significativa de ser infectado», señala.
Cualquiera que sea la dosis infecciosa, la duración de la exposición es probablemente un factor importante también, opina el virólogo Julian Tang de la Universidad de Leicester, el Reino Unido.
Cada respiración puede no producir mucho virus, pero «si estás al lado [de alguien infectado], compartiendo el mismo espacio aéreo con ellos durante 45 minutos, vas a inhalar suficiente virus para causar la infección», detalla.
Recoger estos datos representa un problema ético debido a la gravedad de la enfermedad, reconocen los científicos.
¿Se transmite o no se transmite por el aire?
El epidemiólogo de la Universidad de Hong Kong Ben Cowling insiste en que la ausencia de pruebas no significa que el SARS-CoV-2 no se transmita por el aire. Su colega virólogo Leo Poon no cree que sea posible obtener suficientes evidencias en general.
La suposición debería ser que la transmisión aérea es posible a menos que las pruebas experimentales lo descarten, y no al revés, insiste Tang. De esa manera la gente puede tomar precauciones para protegerse.
Si el SARS-CoV-2 se transmite en aerosoles, es posible que las partículas de virus puedan acumularse con el tiempo en espacios cerrados o que se transmitan a mayores distancias.
Aumentar la ventilación en el interior y no recircular el aire puede ayudar a asegurar que los aerosoles infecciosos se diluyan y se eliminen, opina Morawska.
También una simple conversación podría incluso constituir un riesgo mayor que los estornudos y la tos, insta Tang.
«Cuando alguien está tosiendo, se da la vuelta, y cuando está estornudando, se da la vuelta», explica, al precisar que no es el caso cuando hablamos y respiramos.
Es posible protegerse usando mascarillas para reducir la transmisión. «Es una protección doble y bidireccional», opina Tang.
Por su parte, Cowling advierte que las máscaras deben recomendarse al público solo después de que se hayan asegurado los suministros para los trabajadores de la salud, las personas con síntomas y la gente vulnerable.
El estudio se publicó en Nature.