Un grupo de profesionales y científicos chilenos sin financiación fueron contactados por el ingeniero aeroespacial Klaus Von Storch para ayudar en la lucha de un problema que no da respiro en el planeta: la escasez inminente de respiradores artificiales en medio de la pandemia del coronavirus, y decidieron crear el proyecto SurvOxy.
Esta iniciativa nació cuando Von Storch se enteró que la universidad británica Escuela Imperial de Londres, especializada en ciencias médicas, liberó los planos de un respirador mecánico, y comenzó a contactar expertos para poder adaptarlo a las necesidades de Chile, esto es, que fuese más sencillo de montar y que requiriera menos conocimientos para operarlo.
«Lo que me motivó es que en esta crisis todos podemos necesitar uno, le puede servir a tu mamá, a la mía, a un tío o a un amigo, y si este modelo logra salvarle la vida a una sola persona, vamos por buen camino», señaló satisfecho el ingeniero.
El grupo lo integran actualmente más de 40 científicos, entre ellos, el ingeniero electrónico experto en automatización industrial, Juan Soto Mellado; el médico cardiocirujano del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Miguel Berr; el ingeniero biomédico especialista en tecnología respiratoria, Carlos Fortune; la kinesióloga Stephanie Saavedra, entre otros.
«Se ha sumado gente muy proactiva al equipo, nos apoyan empresas y fundaciones de todo tipo, incluso llegó una relacionada a la aviación y al transporte de combate, hay de todo», comentó.Como una parte de Santiago y otras localidades de Chile aún permanecen en cuarentena, Von Storch explicó que la mayoría del trabajo de coordinación se realiza a través de redes sociales y teletrabajo y aseguró que el prototipo final estará funcionando dentro de la próxima semana.
«Después de eso, trabajaremos en las certificaciones correspondientes para poder oficializarlo y comenzar la distribución masiva del diseño a todos los que lo necesiten», aseguró.
Diseño ‘a la chilena’
El proyecto SurvOxy pretende implementar una serie de mejoras en el diseño original londinense, siendo su ventaja principal que no será fabricado con piezas móviles.
«Al no tener estas piezas lo convierte en un modelo más sencillo de utilizar, no tiene este típico globo con un pistón que lo va empujando, sino que cuenta con un control de flujo de aire y oxígeno automatizado con sensores electrónicos, es más adaptable y tiene más autonomía», detalló orgulloso.
Asimismo, agregó que «con este diseño más práctico no es necesario que haya un ingeniero al lado de la enfermera operando el ventilador».
Uno de los problemas recurrentes de las otras iniciativas chilenas que comenzaron a emular ventiladores mecánicos en las últimas semanas es que las piezas para armarlos están desapareciendo rápidamente de los mercados, un tema que en el caso de SurvOxy no sería un mayor problema.
«Las piezas de nuestro proyecto son fácilmente obtenibles con los suministros actuales, como los tubos o las válvulas que son de fácil adquisición, incluso cambiamos un computador externo por uno interno para dejarlo de forma más compacta y más autónomo», agregó.
Por último, hizo un llamado a todos los que quisieran apuntarse en el proyecto «muchas veces nos sentamos preocupados por el futuro, pero pocas veces tenemos la oportunidad de actuar para ser parte de la solución, por eso los invitamos a todos a poner el granito de arena para salir de esta crisis, participando de este proyecto o cualquier otro, o incluso con lo que tengan a la mano, si ven a algún enfermo o alguien que no pueda salir, ayudarlo a realizar sus compras porque eso los ayudará también a sentirse mejor».
Otros proyectos
Actualmente hay más de 40 proyectos científicos en paralelo trabajando en producir en serie el primer ventilador mecánico «made in Chile», utilizando planos liberados por universidades extranjeras o incluso, con diseños propios.
Por esto, y estando Chile en las puertas de entrar en la etapa más complicada de la expansión del COVID-19, la agencia gubernamental Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) lanzó esta semana un programa que permite financiar hasta con 938.000 dólares al proyecto más eficiente que cumpla con los requisitos de las autoridades sanitarias.
La agencia del Gobierno pide a los postulantes que cuenten con la capacidad de producir y de distribuir los equipos, y que lo puedan hacer en un plazo de dos meses.
A finales de 2019, China informó de un brote de neumonía en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei (sudeste), causado por una nueva cepa de coronavirus llamada SARS-CoV-2.
El 3 de marzo se confirmó en en el país el primer caso de COVID-19, el 19 del mismo mes comenzó a regir el estado de catástrofe en todo el territorio nacional, se cerraron las fronteras para extranjeros no residentes, se prohibieron los eventos de más de 50 personas y se decretó toque de queda nocturno.
Por Francisco Bravo Atias – Corresponsal en Chile de Sputnik desde 2017. Anteriormente trabajó en los diarios La Segunda y El Mercurio. Graduado de periodismo de la Universidad Diego Portales.