Recientemente Australia pedía a todos los miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que apoyaran una revisión para determinar por qué el virus se extendió de China central al mundo. El embajador chino en Australia ha respondido en un tono amenazador, poniendo sobre la mesa recortes en gastos e inversiones en el país.
Australia se ha unido a EEUU en el llamamiento internacional a una investigación exhaustiva sobre cómo el virus se transformó de una epidemia localizada en el en una pandemia que ha matado a más de 200.000 personas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China no ha recibido nada bien la propuesta: de hecho, el embajador de China en el país, Cheng Jingye, ha advertido de que la desconfianza mostrada por Australia podría conducir a un boicot de los consumidores a ciertos productos de ese país.
«Tal vez la gente común dirá: ‘¿Por qué deberíamos beber vino australiano? ¿Comer carne australiana?'» ha declarado el embajador chino al medio The Australian Financial Review.
Igualmente, Cheng destaca que a partir de ahora los turistas chinos quizás tengan «dudas» sobre su visita a Australia, o que «los padres de los estudiantes también pensarían si este lugar que encontraron no es tan amigable, incluso hostil; si es el mejor lugar para enviar a sus hijos».
Por su parte, la Ministra de Relaciones Exteriores australiana, Marise Payne, ha desaconsejado a China que tome la vía de la «coerción económica».
«Rechazamos cualquier sugerencia de que la coerción económica sea una respuesta apropiada a una llamada para tal evaluación, cuando lo que necesitamos es cooperación mundial», ha comentado Payne.
Los comentarios marcan una significativa escalada de las tensiones entre Beijing y Canberra, cuyas relaciones, de por sí, ya son tensas.
Con ello, China es el mayor mercado de exportación para el vino y ternera australiana, y el país asiático ya recurrió a estas medidas en 2018, cuando las relaciones diplomáticas entre Pekín y Canberra sufrieron una escalada de tensión.
Además, el turismo y educación son las principales industrias de Australia tras la energía, y aquí también China es el mayor consumidor de estos bienes.
Previamente, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Geng Shuang, destacó que «China fue el primer país en reportar un caso del COVID-19, pero ello no significa que el virus se originó en China«.
Desde el primer caso detectado en el país oceánico el 25 de enero, Australia ha registrado un mínimo de 6.716 casos positivos de contagio por coronavirus, de los cuales hay que lamentar, al menos, 83 muertes.