El Día de la Victoria, 9 de mayo de 1945 para la Unión Soviética, 8 de mayo en Europa occidental, marca un antes y un después en la historia mundial. Todo lo que sucedió desde entonces solo puede ser explicado por esa colosal victoria, que tuvo al pueblo soviético y al Ejército Rojo como los principales artífices, con sus 27 millones de muertos.
La derrota del nazismo significó el final del régimen más sanguinario y genocida de la historia moderna y sus intentos de dominar Europa, destruir las democracias occidentales y aniquilar la Unión Soviética.
Ese inmenso triunfo cambió al mundo para siempre. En las décadas siguientes, cayeron todos los imperios europeos y se liberaron todas las colonias. En 1947 India gritaba independencia y el imperio inglés quedaba reducido a unas pocas pequeñas islas. En 1949, tras la derrota de Japón, se establecía la República Popular China liderada por Mao Tse Tung. Luego vendría la Guerra del Suez y la retirada inglesa en 1956, la independencia de Argelia del imperio francés en 1962 y la de todos los países de África en los años siguientes, la revolución cubana en 1959 y el triunfo de Vietnam en 1975, la primera derrota militar directa de EEUU en su historia.Sin embargo, con ocasión de este 75 aniversario, el Departamento de Defensa de EEUU ha hecho un relato en el cual la parte fundamental de la victoria se la atribuyen a sí mismos.
«La Guerra llevaba casi cinco años cuando las fuerzas de EEUU y de los aliados desembarcaron en las playas de Normandía, Francia, el 6 de junio de 1944. La invasión marcó el comienzo del fin de Adolf Hitler y de Alemania nazi. En menos de un año, Alemania se rendía y Hitler estaba muerto», escriben. En pocas palabras, llegaron ellos y terminaron la guerra.
La presentación no dice qué pasó los cinco años anteriores ni por qué se tardó tanto la apertura del frente occidental, como pedía desesperadamente la URSS, que había sido invadida en 1941. El relato omite las grandes batallas libradas por el Ejército Rojo como la de Stalingrado en la que murieron más de un millón de personas, la liberación de los países del este europeo y la caída de Berlín. En su versión de folletín no se dice nada del gueto de Varsovia, del Holocausto de seis millones de judíos, de los bombardeos a Londres, de los partisanos yugoslavos y griegos, de los millones de chinos que perecieron bajo la ocupación japonesa.
Solo se menciona a Francia, «una nación que llevó gran parte de la carga de la batalla», y se dice al pasar que los soviéticos «celebraron su propio ‘Día de la Victoria’ el 9 de mayo», sin más explicaciones.
Para ver dónde recayó el peso del combate, basta con analizar las cifras de las bajas de los aliados:
- EEUU tuvo 418.000 muertos;
- el Reino Unido 450.000;
- Francia 567.000, en total, un millón y medio.
La URSS perdió 27 millones de personas y se convirtió en el principal escenario de la guerra europea.
El desembarco en Normandía, el 6 de junio de 1944, fue solamente posible porque el Ejército Rojo ya había logrado la capitulación del VI Ejército alemán en Stalingrado en febrero de 1943, cambiando el curso de la guerra al costo de un millón de muertos, y por las sucesivas batallas de Kursk en julio de 1943, la liberación de Ucrania a fines ese año, el fin del sitio de Leningrado en enero de 1944, la batalla de Crimea. Para el 6 de junio de 1944, el ejército nazi estaba doblegado.Como todo hecho histórico, la guerra se seguirá discutiendo e interpretando desde los distintos puntos de vista, pero lo que no se puede negar, 75 años después, es el rol protagónico del Ejército Rojo.
Para Rusia y los países de la ex Unión Soviética este día marca un segundo nacimiento. Por eso las ceremonias conmemorativas siguen siendo, 75 años después, una parte sensible de la historia de cada familia y de cada pueblo.
El resto del mundo debería recordar esta fecha con el mismo sentimiento, porque gracias a esa victoria se salvaron todas las democracias occidentales y se liberaron casi todas las colonias, sin hablar de la enorme conquista que significó el Estado de Bienestar europeo, que solo fue posible por el terror de Estados Unidos a que toda Europa cayera en manos de la Unión Soviética.
Por eso, en esta fecha trascendental de la historia de la humanidad, va el homenaje al gran pueblo ruso y soviético que llevó en sus hombros la batalla fundamental que salvó al mundo moderno del apocalipsis y la destrucción total.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN
Por Patricia Lee Wynne – Columnista de Sputnik