La masiva muerte de polluelos de golondrinas de mar, atraídos por las luces urbanas, tiene en alerta a ambientalistas y expertos que catalogan esta situación como un verdadero desastre ambiental en el norte de Chile. Las colonias reproductivas de estas aves, que viven en alta mar y anidan en el desierto chileno, podrían desaparecer.
Las golondrinas de mar son pequeñas aves marinas que habitan en aguas oceánicas alejadas de las costas y solo visitan tierra firme para reproducirse, realizando vuelos en su mayoría nocturnos, hacia sus colonias de anidamiento. Después que sus polluelos nacen, emprenden vuelo hacia el mar, pero son atraídas hacia las luces y se desorientan. Así se ven forzadas a aterrizar, lo que provoca accidentes y las mata de forma masiva.
«Lo que incide fatalmente en la caída de polluelos (volantones) de golondrinas de mar es sin duda la excesiva contaminación lumínica, incrementada por la postura de tecnología LED en todo el radio urbano, empresas aledañas y sector minero de la región», señala a Sputnik Verónica González, coordinadora de la organización Golondrina de Mar de Iquique.
Un estudio de la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile (ROC) indica que los efectos de la contaminación lumínica son ampliamente conocidos sobre la astronomía y más recientemente sobre la salud humana y la biodiversidad. En Chile, señala el estudio, el incremento en la iluminación que se registró entre 2012 y 2016 es aún más acentuado que el del 2 % documentado a nivel global. Las principales fuentes de contaminación lumínica son el alumbrado público, seguido por el alumbrado publicitario, además de actividades como la construcción o la minería.
Temporada de migración en peligro
La temporada migratoria de las golondrinas de mar, desde sus sitios de nidificación al interior del desierto, se extiende entre los meses de marzo a junio, con su pico en abril y mayo. Desde 2014, año que coincide con el recambio de luminarias en el borde costero de la ciudad norteña de Iquique, el aumento de caídas de estas aves marinas es grave, remarca González, «hablamos de 1.500 ejemplares aproximadamente solo en el radio urbano durante esos meses».
Su ONG denuncia que en 2019 se inició la instalación de 12.167 nuevos focos led en toda la ciudad, lo que ha provocado que las golondrinas ya no solo se desorienten y caigan en el borde costero, «sino en toda la ciudad y en toda la región».
Dos años antes, la ROC ya había estimado que esta sobreiluminación en la zona de Iquique llevó a que más de 20.000 polluelos murieran anualmente en estos meses en esta zona. Para la red, se trata de uno de los desastres ambientales más grandes de Chile, y que no se ha dimensionado en su verdadera magnitud.
«Estaba en la playa con mi hija cuando ella vio un pajarito negro al costado de una palmera que estaba atontado, fuimos a ver qué era. Yo lo tomé y me di cuenta que tenía patas de pato, me cabía en la mano, negrito, absolutamente negrito. No se movía, apenas abría los ojitos, y lo rescatamos. Al llegar a casa me metí a Internet y ahí supe que era una golondrina de mar», relata a Sputnik María Cristina Arancibia, periodista y vecina de Iquique.
Arancibia conocía la problemática que sufren estas aves, por lo que llamó al Servicio Agrícola y Ganadero de Chile (SAG), encargado de recibir a los animales silvestres en el país, «solo que por la pandemia ellos no están atendiendo al público». «Me derivaron a la Corporación de Golondrinas del Mar», contó.
Se trata de una organización de ciudadanos que van al rescate y en ayuda de estas aves. Fue ahí donde conoció justamente a Verónica González, quien le señaló cuáles eran los protocolos que debía seguir. Luego de recoger la pequeña ave, se debe colocarla en una caja de cartón con ventilación, mantenerla siempre en el lugar «lo más tranquilo y silencioso que se pueda». No se le debe alimentar ni dar de beber, y deben contactarlos de inmediato.
«Acá la clave y lo primero es no esperar Golondrina que se deja es golondrina muerta ya que, al estar completamente desorientada en un hábitat que no es el suyo, la ciudad, ellas se quedan totalmente paralizadas, no son capaces de retomar el vuelo quedando a merced de animales domésticos como perros y gatos, e incluso de jotes (zopilote)», detalla González.
«Mientras antes sea entregado el ejemplar, más posibilidades de sobrevivir tiene. Al ser fauna silvestre, también es muy fácil que se deprima rápidamente y muera por estrés» agrega, enfática.
Ciudadanos se movilizan por las golondrinas de mar
«Nunca en la vida me imaginé que iba a poder rescatar un pajarito que está en vías de extinción, fue importante. Con mi hija sentimos que habíamos aportado a salvar una especie», recuerda con satisfacción la vecina María Cristina.
Para la coordinadora de la Golondrinas de Mar de Iquique, es justamente en el momento en que una persona común y corriente se enfrenta a la experiencia de rescatar «un ave tan desvalida y desorientada» que toma conciencia y se compromete totalmente en querer auxiliar e integrar «la red de ayuda a esta especie vulnerable».
Quienes se suman aprenden que «por cada golondrina de mar rescatada hay toda una historia detrás: desde el lugar en que cayó, la persona que la encontró, que averiguó, que compartió, que llegó a nosotros, que se interiorizó del problema y que al final del día recibió el mensaje que dice: ‘tu golondrina de mar fue exitosamente liberada y vuela libre hacia alta mar…'», comparte.
Asimismo, Verónica reconoce que desde 2014 el SAG ha estado presente «y ha sido una ayuda real frente a los rescates y reportes de golondrinas de mar, además de las fiscalizaciones correspondientes a las empresas», sobre todo del sector minero puesto que la mayoría de sus faenas se encuentran emplazadas en las zonas de nidificación de estas aves.
Por su parte, el ministerio de Medio Ambiente de Chile recién el 2019 comenzó una campaña para preservar esta especie al evaluar las cifras de aves muertas y su riesgo de extinción. Sin embargo, González indica que aún están a la espera que los municipios se pronuncien respecto a regulación lumínica, puesto que son ellos «quienes tienen injerencia en lo que es el alumbrado del borde costero y público».Regular la iluminación costera y pública apunta directamente a la conservación de la fauna nativa, ya que no solo son las golondrinas de mar las afectadas sino también otras aves silvestres.
Por Carolina Trejo – Licenciada en Historia y Comunicación Social y Periodismo. Ha sido periodista de investigación y realizadora en televisión durante los últimos 20 años. Comenzó en 1997 en el programa de reportajes con más antigüedad de la televisión pública chilena, Informe Especial y luego se incorporó al área de reportajes de Canal 13, donde ejerció de directora, editora y guionista en diferentes proyectos documentales. Ha recibido premios del Consejo Nacional de Televisión de Chile, fue finalista del Premio Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo en 2014. Actualmente es académica de la Escuela de Periodismo de La Universidad de Chile y la Universidad de Santiago.