EEUU, que está tratando de poner a todo el mundo en contra de China, corre el riesgo de perder a Europa, advierte el diario Foreign Policy. El autor señala que el mundo está cambiando y es posible que estemos ante el nacimiento de un «siglo asiático».
Los medios estadounidenses no paran de declarar que la pandemia del coronavirus «abrió los ojos del mundo a la verdadera naturaleza del régimen chino». Pero las estadísticas muestran que los europeos están mucho más preocupados ahora por el comportamiento de Estados Unidos durante la crisis que por las políticas de Pekín, escribe Foreign Policy.
El diario hace referencia a un estudio realizado por la Fundación Korber que muestra que los alemanes están casi igualmente divididos en cuanto a la cuestión sobre el socio más importante: el 37% de los encuestados eligieron a Estados Unidos y el 36% a China. Los datos son sorprendentes y muestran un cambio significativo con respecto a la encuesta de septiembre de 2019, destaca el artículo. En ese momento, EEUU tenía una ventaja impresionante sobre China del 26% de los votos.
Esto no significa que los alemanes estén dispuestos a apoyar a Pekín en todo, explica el autor de la publicación, Noah Barkin. En particular, el 71% de los alemanes encuestados cree que un comportamiento más abierto por parte de las autoridades chinas podría haber limitado el impacto del coronavirus o incluso detenido la propagación de la pandemia. Sin embargo, solo el 36% de los encuestados dijo que su opinión sobre China ha empeorado en medio de la crisis, mientras que el 73% lo dijo en cuanto a EEUU. Y eso debería servir de advertencia para Washington, según el columnista.
El mundo está cambiando y es posible que estemos ante el nacimiento de un «siglo asiático», dice el artículo.
Los políticos de Alemania y otros países europeos ven «un cambio en las líneas geopolíticas» que afectan sus cálculos, escribe Foreign Policy.
Cuando los europeos miran a EEUU, ven un «caos«, subraya el autor. «En este país, donde más de 91.000 estadounidenses murieron por la pandemia del coronavirus, los políticos son incapaces de dejar de lado sus divergencias y actuar juntos. Ven una administración que evita contactar con la ciencia y cooperar con el mundo, cuando es lo que más se necesita. Y ven a un presidente que parece dispuesto a aplicar la táctica de la tierra quemada a las relaciones entre EEUU y China si eso es lo que se necesita para rescatar sus decaídas esperanzas de ser reelegido».
Mientras tanto, Donald Trump no se percibe en Europa como la causa de la disfunción de Estados Unidos, sino más bien un síntoma o catalizador, observa el autor. Si Joe Biden llega al poder, la paralizante división partidaria continuará, al igual que la devastación económica, que las autoridades son cada vez menos capaces de afrontar.
Alemania no es el único país europeo cuya población está cambiando su opinión sobre EEUU.
Según una encuesta del British Foreign Policy Group, solo el 28% de los británicos opinan que Estados Unidos actúa responsablemente en el mundo, es una caída de 13 puntos porcentuales respecto a los datos de enero.
La empresa Ifop preguntó a los franceses qué países están mejor preparados para hacer frente a los desafíos de las próximas décadas. Solo el 3% eligió a EEUU.
Una encuesta realizada en abril por el instituto de investigación SWG mostró que el 36% de los italianos encuestados creían que su país debía centrarse en el desarrollo de vínculos estrechos con China, frente al 30% que eligió a Estados Unidos.
Esto no significa que Europa se dirija hacia una política de equidistancia entre Estados Unidos y China. Pero Europa está tratando de asegurarse. Actualmente está negociando con Pekín un acuerdo global de inversiones y medidas conjuntas para combatir el cambio climático. Si se concreta justo cuando se están celebrando las elecciones en Estados Unidos, será otra señal de que Estados Unidos está perdiendo a Europa, cediendo su prioridad en la política exterior a China, concluye el autor.