Pocas semanas después de que George Floyd muriera a manos de unos agentes de Policía, acarreando una oleada de protestas en contra de la violencia policial, otro afroamericano ha sido asesinado por unos oficiales. Este incidente también quedó grabado en vídeo.
Los hechos ocurrieron el 12 de junio en la ciudad de Atlanta, donde Rayshard Brooks fue detenido por agentes de la Policía ante la sospecha de que este estaba al volante en estado de ebriedad.
Tras un breve interrogatorio y unas pruebas los agentes llegaron a la conclusión de que Brooks, de 27 años, estaba efectivamente ebrio y procedieron a su arresto. Sin embargo, este empezó a oponer resistencia a los agentes.
En medio del forcejeo, la cámara corporal del agente se cae al suelo, pero sigue grabando y se puede oír lo que está ocurriendo. En particular, uno de los agentes le dice a Brooks que deje de oponer resistencia y le advierte que va a usar la pistola eléctrica.
The 27-year-old Rayshard Brooks was allegedly sleeping in his car at a drive-thru which lead to a failed sobriety test, and then a struggle during his arrest.
He reportedly grabbed a taser from an officer and aimed it at police, who then fired.https://t.co/RvDmsxzsBC
— Alex Salvi (@alexsalvinews) June 13, 2020
Aparentemente, eso no le convenció a Brooks, quien siguió resistiéndose, le dió un puñetazo a uno de los agentes e incluso logró arrebatarle la táser al agente antes de echar a correr.
Es entonces cuando se oyeron tres tiros de pistola: en esta ocasión, de un arma de fuego. En las imágenes se puede apreciar que unos instantes antes, Brooks apuntó contra los agentes con la pistola eléctrica.
El joven fue trasladado a un hospital, donde murió poco después del incidente. Por su parte, el agente que disparó a Brooks ha sido despedido, mientras su compañero fue trasladado al servicio administrativo.
Según informa la Policía, recibieron una llamada porque Brooks estaba durmiendo en el interior de un auto, aparentemente en estado de ebriedad. El caso ya está siendo investigado por las autoridades para esclarecer los hechos.
Mientras tanto, tras dos décadas de servicio, la jefa de la Policía local, Erika Shields, renunció a su cargo a causa de estas circunstancias. Al mismo tiempo, la alcaldesa de la ciudad, Keisha Lance Bottoms, mostró su desaprobación por la actuación de los agentes de Policía y aceptó la renuncia de Shields.