Los Emiratos Árabes Unidos miran con temor hacia Occidente y Oriente en el delicado momento que viven las relaciones entre EEUU y China. El ministro de exteriores del país, Anwar Gargash, comparte sus preocupaciones sobre esta «confrontación hostil» entre los dos gigantes en una entrevista con el medio estadounidense CNBC.
No son buenos tiempos para las relaciones entre Washington y Pekín. A la tensa situación provocada por las guerras comerciales de los últimos meses entre los dos países se ha sumado este año una devastadora pandemia, el debate de cuyo origen solo añade leña al fuego.
En este contexto, Anwar Gargash explica cómo se ve desde el punto de vista emiratí la geopolítica, la economía global y la lucha contra el virus:
«Cada vez que vemos enfrentamientos entre Washington y Pekín, los mercados se echan a temblar», declaró el político. Gargash considera que la situación de rivalidad se prolongará, «pero creo que nos interesa que esta competición sea más sutil, y que, a su vez, no haga tambalearse a un sistema internacional que ya de por sí es muy débil».
Una de las cuestiones que encuentran en la cuerda floja debido a estas tensiones es, sin duda, el acuerdo de comercio alcanzado, no sin esfuerzo, entre los dos países. El 22 de junio se alzó la voz de alarma tras una polémica noticia de Fox News que citó al asesor de Comercio de la Casa Blanca, Peter Navarro, diciendo que el acuerdo estaba «acabado».
Navarro desmintió la información, diciendo que había sido sacada de contexto y explicando que se refería simplemente a la pérdida de confianza de EEUU en China, y el propio Trump acudió a Twitter para enviar un mensaje tranquilizador al respecto: «El acuerdo comercial con China está intacto. ¡Esperamos que continúen cumpliendo con los términos del acuerdo!».
EAU tiene mucho que perder ante un escenario de rivalidad entre dos socios comerciales muy importantes. Importantes para Abu Dabi, quien tiene relaciones tradicionalmente sólidas en lo diplomático y lo militar con Washington y cada vez mayor contacto con Pekín. Pero también para el resto del mundo:
«Casi todo el mundo tiene relaciones financieras, comerciales y de inversión con China (…). Así que, como aliados de EEUU, vemos esta confrontación y nos preocupa. Nos gustaría ver una relación más cooperativa entre Washington y Pekín», cita el medio CNBC a Gargash. Pero del deseo a la realidad hay un gran contraste, y el ministro es consciente de que no será fácil ver mejoras.
El emiratí se acerca a la esperada llegada de la fase II del acuerdo. En enero las dos potencias alcanzaron la fase l tras un año muy tenso, pero los economistas no creen que la fase II vaya a llegar pronto, e incluso advierten que la propia fase I está en peligro. Esto da lugar a una situación poco halagüeña en el duro camino que tiene por delante el mundo para recuperarse de los estragos del coronavirus.