El multimillonario estadounidense Mark Zuckerberg perdió 7.200 millones de dólares después de que varias empresas se unieran a un boicot publicitario contra Facebook. Fue su respuesta a los, en su opinión, pocos esfuerzos de la red social por luchar contra la desinformación y la incitación al odio.
Los valores de la empresa se desplomaron hasta un 8,3%, registrando la mayor caída bursátil de los últimos tres meses. Este hundimiento se produjo después de que Unilever, el gigante de la alimentación y de productos para el hogar, se uniera a otras marcas en su boicot a los anuncios de la red social. Según la compañía, este año dejará de gastar dinero en Facebook.
Como resultado, el valor bursátil de la red social cayó 56.000 millones de dólares y redujo el patrimonio neto de Zuckerberg hasta los 82.300 millones de dólares. Así las cosas, el estadounidense es ahora la cuarta persona más rica del mundo, según la lista que elabora Bloomberg. Por delante se sitúa el empresario galo Bernard Arnault —propietario del grupo de artículos de lujo LVMH—, justo detrás de Jeff Bezos y Bill Gates.
El boicot contra Facebook fue apoyado por gigantes estadounidenses como Verizon Communications y Hershey, compañías que suspendieron sus anuncios después de que los críticos acusaran a la red social de no haber logrado controlar la incitación al odio y la desinformación. A su vez, Coca-Cola anunció que detendría toda la publicidad pagada durante al menos 30 días, mientras que la automovilística Honda Motor comunicó que también se uniría al boicot.
La marcha atrás de estas empresas empujó a Zuckerberg a responder a las crecientes críticas. Así, anunció que Facebook había ampliado su definición de incitación al odio, agregando una cláusula que dice que no se permitirán anuncios si describen a un grupo demográfico como peligroso. Además, a partir de ahora la plataforma etiquetará todas las publicaciones relacionadas con las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre con un enlace que aliente a los usuarios a consultar su nuevo centro de información electoral.
«No hay excepciones para los políticos en ninguna de las políticas que estoy anunciando hoy aquí», aseveró Zuckerberg.
Sin embargo, sus medidas no acallaron las voces críticas. La Liga Antidifamación, una de las entidades que habían organizado dicho boicot publicitario, calificó de «pequeños» los cambios anunciados por Zuckerberg.
«Se han disculpado en el pasado. Han dado escasos pasos después de cada una de las catástrofes en las que su plataforma ha estado implicada. Pero esto tiene que terminar ya», enfatizaron desde la organización, fundada en EEUU con el objetivo de detener la difamación al pueblo judío apelando a la razón, a la conciencia y a la ley.
Facebook ha sido menos agresiva que sus competidores Twitter y Snap al responder a las publicaciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, consideradas dañinas por varios críticos, y al contenido incendiario y viral. No obstante, de estas compañías Facebook es el más susceptible al riesgo regulatorio, ya que se ha enfrentado en repetidas ocasiones a las investigaciones antimonopolio lanzadas en su contra por el Departamento de Justicia de EEUU y la Comisión Federal de Comercio.
Históricamente, las amenazas regulatorias han parecido tener más importancia para Facebook que las preocupaciones de los anunciantes, destacan en la agencia Bloomberg. Y existe una razón que puede explicarlo. La empresa de Zuckerberg se hizo con una cuota de casi el 23% de todo el mercado de publicidad digital en EEUU. Y acumulando más de 3.000 millones de usuarios de todas sus propiedades mantiene su liderazgo sobre otras redes sociales, según consideran los analistas de la empresa eMarketer.
«Durante años, Facebook ha resistido los escándalos con su negocio intacto y creciendo rápidamente. Los ingresos publicitarios de la compañía aumentaron un 27% en 2019 hasta alcanzar más de 69.700 millones de dólares a pesar de las amenazas de regulación (…) previas a los boicots publicitarios y un movimiento de usuarios que alienta a las personas de todo el mundo a eliminar sus cuentas», escriben los periodistas de la agencia.
De esta manera, unos cuatro meses antes de que se celebren las elecciones presidenciales en EEUU y en plenas protestas contra el racismo, Facebook se encuentra en el centro de un país dividido, intentando mantener el equilibrio entre las presiones regulatorias y las sociales, concluyen los autores del artículo.