Unos atletas olímpicos británicos fueron presuntamente utilizados como conejillos de indias en un proyecto deportivo secreto del Reino Unido que costó cientos de miles de dólares de dinero público antes de los JJOO de Londres de 2012, según una investigación.
Apuntan a una bebida conocida como novedosa intervención nutricional que fue suministrada a los atletas que iban a participar en los Juegos, a pesar de que solo estaba disponible para su uso con fines investigativos. Los responsables de suministrarla no garantizaban que no contradijera las normas antidopaje o que estuviera libre de efectos secundarios.
La agencia olímpica y paraolímpica de Reino Unido UK Sport se libró de toda culpa haciendo a los atletas firmar acuerdos de confidencialidad. Los documentos obtenidos y citados por el periódico The Daily Mail muestran que 91 deportistas de élite de ocho deportes olímpicos consumían el producto: una bebida energética de la marca DeltaG.
La sustancia contiene una versión sintética de un ácido corporal natural llamado cetona. Fue originalmente desarrollada por científicos de la Universidad de Oxford en el marco de un proyecto del Pentágono para las Fuerzas Especiales de EEUU. La cetona proporciona mayor resistencia al organismo humano con menos alimentos, y los militares estadounidenses querían usar esta propiedad para poder operar durante más tiempo detrás de las líneas enemigas con menos raciones.
«UK Sport no garantiza, promete, asegura o representa que el uso del éster de cetonas cumpla absolutamente con el Código Mundial Antidopaje y por lo tanto excluye toda responsabilidad por su uso», de acuerdo al documento oficial de UK Sport al que ha tenido acceso The Daily Mail.
Antes de comenzar la prueba, UK Sport presuntamente se dirigió a la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) y a UK Anti-Doping para saber si las cetonas estaban o no prohibidas. No lo estaban, pero que la WADA se reservaba el derecho a revisar su posición al respecto.
Otra exención preparada por UK Sport para los 91 deportistas británicos que supuestamente participaban en la investigación les obligó a aceptar que la responsabilidad de cualquier efecto secundario físico debía recaer únicamente en ellos, no en UK Sport.
Según The Daily Mail, más del 40% de los atletas terminó con efectos secundarios como vómitos y molestias gastrointestinales, y 28 personas dejaron de tomar la sustancia por este motivo. Otros 24 se retiraron más tarde del programa porque llegaron a la conclusión de que la sustancia no les beneficiaba en absoluto.
En diciembre de 2019, la WADA también introdujo sanciones contra Rusia que prohibía a los atletas competir bajo la bandera rusa y celebrar competiciones internacionales en su país durante cuatro años. La agencia acusó a Moscú de manipular los datos para encubrir una violación sistemática de la legislación antidopaje por parte del país.