Una hipotética coalición internacional contra China, propuesta recientemente por Estados Unidos, aunque es poco probable que sea apoyada por muchos países, evidencia que el alcance de la confrontación entre Pekín y Washington podría resultar «mucho más peligroso» que la Guerra Fría, opinan los expertos, consultados por Sputnik.
EEUU quisiera formar una coalición de países con el objetivo de convencer a China de cambiar su comportamiento, dijo el secretario de Estado del país norteamericano, Mike Pompeo, en una conferencia de prensa en Londres.
El país apunta a formar una nueva alianza con otros Estados para contrarrestar a China con una fuerza combinada económica y militar, añadió.
Guerra Fría 2.0
Es difícil predecir en este momento hasta dónde llegará Washington con la coalición, señala Richard Falk, profesor emérito de Derecho Internacional de la Universidad de Princeton.
Según el experto, los movimientos políticos de China son esencialmente económicos y descansan en el poder blando, mientras que EEUU parece estar tratando de reproducir las «ideas de militarismo de la Guerra Fría», basadas en la superioridad del poder duro y la estrategia de contención.
«Una posibilidad sería una segunda Guerra Fría, aunque en circunstancias diferentes, más economicista, menos ideológica, con Asia oriental sustituyendo a Europa como epicentro de la contención. Una segunda posibilidad es una colisión entre dos actores con diferentes ventajas estratégicas: EEUU con supremacía militar, monetaria y diplomática, y China con poder blando, supremacía económica y tecnológica», explica a Sputnik el profesor de la Universidad de Princeton.
A su vez, Alan Cafruny, profesor de Asuntos Internacionales en el Hamilton College, considera poco probable un enfrentamiento militar, y aún menos uno que involucre a Europa.
«Aparte del Reino Unido, ninguno de los países europeos tendría interés en ningún tipo de coalición militar», asegura el profesor en declaraciones a la agencia.
No obstante, según Cafruny, la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China sería «mucho más peligrosa que la Guerra Fría entre EEUU y la Unión Soviética».
«Aquella Guerra Fría fue básicamente ideológica y hasta cierto punto incluso impulsada internamente en Estados Unidos, pero los dos países no tenían realmente intereses económicos en competencia. Para EEUU y China, es mucho más una rivalidad imperialista clásica con interconexiones e interdependencias masivas y, al mismo tiempo, una rivalidad muy distintiva y muy estrecha», explica Cafruny.
China no es Rusia ni la Unión Soviética. Tiene una economía abierta, tiene ventajas en el comercio. Hay contactos culturales. Pero no hay ningún conflicto ideológico real entre China y otros países, enfatiza, por su parte, Robert S. Ross, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Boston y asociado del Centro Fairbank de estudios chinos de la Universidad de Harvard.
«La Administración Trump quiere una nueva Guerra Fría con China, pero el mundo no seguirá a la Administración Trump», dice Ross.
Sin mucho apoyo en el mundo
De acuerdo con Ross, hay solo tres países que quieren cooperar más con Estados Unidos: Japón, la India y Australia. Estos países son ahora el foco de la diplomacia y la política de defensa de EEUU, puesto que Washington está tratando de reafirmar el poder en torno a Asia oriental.
Falk agrega a esta lista a Corea del Sur, que «apoya abiertamente» a la posible coalición, así como Filipinas y Taiwán.
Los expertos coinciden en que el único país de Europa que probablemente apoye la coalición liderada por EEUU contra China es el Reino Unido.
«Los países europeos se resistirán a cooperar. La preocupación de Estados Unidos por China se refiere principalmente al ascenso de China en el Asia oriental, y los países europeos tienen poco interés en la evolución de la seguridad en esta región. Están más preocupados por los asuntos europeos», comenta Ross.
Según el analista, Europa, en particular, podría aprovechar «el crecimiento de la economía interna de China para sus exportaciones».
Entre todos los países europeos, es Alemania la que se va a encontrar con el rompecabezas más difícil, por razones que incluyen sus extensos lazos económicos tanto con Estados Unidos como con China, advierte Alan Cafruny.
«Alemania tratará de mantener una cierta neutralidad, pero eso será cada vez más difícil en los próximos años», opina.
Diplomacia antichina
Mientras tanto, la estrategia geopolítica estadounidense parece buscar desviar la atención nacional de los fracasos de la Administración Trump durante la pandemia que han generado una profunda crisis socioeconómica dentro de Estados Unidos y su deseo de debilitar las posiciones tecnológicas de China en relación con la red 5G, la inteligencia artificial y la robótica, comenta Falk.
De acuerdo con el profesor de la Universidad de Princeton, la diplomacia dura hacia China también podría tener como objetivo aumentar el presupuesto militar y una política exterior beligerante.
Sin embargo, Falk piensa que las elecciones presidenciales de noviembre no tendrían un impacto drástico en la diplomacia hacia China independientemente de su resultado. Una posible victoria de Biden «probablemente suavizará, aunque no abandonará la diplomacia antichina», opina.