A 50 años del triunfo de Salvador Allende en Chile

El 4 de septiembre de 2020 se cumple medio siglo del triunfo presidencial de Salvador Allende. Sputnik conversó con Miguel Lawner, considerado «el arquitecto de la Unidad Popular» por sus importantes contribuciones en proyectos de viviendas sociales y espacios comunitarios de la época, y con otros chilenos que vivieron ese histórico momento.

En la madrugada del 5 de septiembre, profundamente emocionado y desde un balcón del antiguo edificio de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), ubicado en la principal arteria de Santiago, la Alameda, Salvador Allende se dirigía con un inolvidable discurso a la multitud allí congregada.

«Yo tengo fe, profunda fe, en la honradez, en la conducta heroica de cada hombre y de cada mujer que hizo posible esta victoria. Vamos a trabajar más. Vamos a producir más. Este triunfo debemos tributarlo en homenaje a los que cayeron en las luchas sociales y regaron con su sangre la fértil semilla de la revolución chilena que vamos a realizar.»

Con estas palabras celebraba el triunfo del 4 de septiembre de 1970 de la Unidad Popular, conglomerado político que encabezaba, y por el cual fue electo como presidente de la República de Chile.

«Esta noche, cuando acaricien a sus hijos, cuando busquen el descanso, piensen en el mañana duro que tendremos por delante, cuando tengamos que poner más pasión y más cariño, para hacer cada vez más grande a Chile, y cada vez más justa la vida en nuestra patria».

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Miguel Lawner, arquitecto, ex director de la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU) durante la Unidad Popular, y autor de emblemáticos proyectos de vivienda social en el período, fue un testigo privilegiado de esa histórica madrugada.»Para esa elección fui el encargado electoral en la octava comuna. Yo votaba en la octava comuna, cuyas elecciones tuvieron lugar, en esa ocasión, en el Instituto Nacional», a metros de la sede de la FECH, recuerda.

Esa jornada y una vez finalizada la votación, el arquitecto hoy de 92 años, se dirigió cerca de las nueve de la noche al edificio de la federación de estudiantes, donde habían acordado reunirse los encargados electorales de la zona para escuchar los escrutinios.

«La calle se fue colmando, toda la calzada sur de la Alameda frente ahí en la esquina (con Santa Rosa) quedó llena, absolutamente de gente. Y empezaron a correr rumores, porque el primer cómputo oficial que entregó el gobierno, alrededor de las nueve de la noche, daban por vencedor a Alessandri (candidato de derecha)», recuerda Lawner.

Miguel Lawner
© SPUTNIK / CAROLINA TREJO
Miguel Lawner
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«A las 12 de la noche se da a conocer finalmente que ganó Allende, y para qué te digo, la alegría. Ahora lo que es admirable, Allende habló con un megáfono, no había instalación preparada, de un balcón del segundo piso. Improvisó todo ese discurso excepcional, si es increíble», añade.

Fueron cientos los que escucharon a Allende desde la calle, pero otros miles lo hicieron por la radio, porque la victoria del proyecto popular no solo era un hito en la historia del país sudamericano, sino también en el ámbito internacional.

«Cuando Allende habla desde la sede de los estudiantes de la Universidad de Chile impactó a nivel nacional y mundial, porque era primera vez en la historia que las fuerzas políticas de izquierda llegaban a una parte del poder en Chile. Y que era una muestra, un faro para el mundo, de que era posible llegar por vía electoral para ir a construir el socialismo», relata a Sputnik Guillermo Durán, conocido como Guidú, reconocido dibujante e ilustrador.

La sensación de alegría producto del triunfo se extendió por muchos lugares y comunas pobres de todo el país, como lo recuerda Yolanda Contreras, joven de 15 años en la época, quien vivía en un barrio popular de Barranca, hoy Pudahuel en Santiago, y quien militaba en juventudes socialistas en 1970.

«Llegaban los vecinos a saludar a mis padres que eran del mundo allendista, entonces: ‘Ganamos compañero, vecino al fin ganamos, ahora el pueblo va a gobernar’. Y era muy emocionante porque los viejos lloraban, eran casi todos viejos. Fue muy emocionante», detalla a Sputnik Yolanda.

«Fue lleno de esperanza, de expectativa, de emoción, eran muchos años de… bueno, mi madre analfabeta, mi padre dos años de escolaridad. Fue muchos años de sacarse la cresta, doblarse el lomo para poder salir adelante de una casita de la CORVI (Corporación de la Vivienda) en ese tiempo», añade.

«Fue estupendo…, la alegría cundía por algunas partes. Y en otros lados, el silencio, el mutismo se hacía presente», relata Elena Díaz, estudiante de Economía de la Universidad de Chile para la época.

Ratificar el triunfo

Yolanda Contreras, que militaba en juventudes socialistas en 1970
© FOTO : GENTILEZA CLAUDIO SALINAS
Yolanda Contreras, que militaba en juventudes socialistas en 1970
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Para Yolanda, Guillermo, y Elena ganar esas elecciones significó poder «soñar un mundo mejor», con más justicia. «Que la explotación se iba a acabar, de que íbamos a tener una vida digna». Este posible sueño al que se aspiraba, sin embargo, debía ser ratificado, por el Parlamento chileno.

La Constitución chilena de la época especificaba que, si ninguno de los candidatos obtenía la mayoría absoluta, la elección debería ser realizada por el Congreso Pleno entre los dos candidatos que obtuvieran la mayor cantidad de votos.

En los comicios de septiembre de 1970 los resultados favorecieron al doctor Allende, quien obtuvo el primer lugar con un 36,6% de los votos, seguido del representante del Partido Nacional, Jorge Alessandri (35,3%), y Radomiro Tomic (15,4%) del Partido Demócrata Cristiano.

«Históricamente en todas las elecciones anteriores nunca había habido nadie con mayoría suficiente como para ser electo inmediatamente, siempre había sido necesario esperar la decisión del Parlamento, y siempre el parlamento había votado por la primera mayoría. Pero estaba la incógnita si eso, también iba a ocurrir con Allende», explica Lawner.

Tras duras negociaciones con la Democracia Cristiana, y con un clima político marcado por el atentado de la ultraderecha contra la vida al comandante en jefe del Ejercito, René Schneider, militar constitucionalista que falleció fruto del ataque, se produjo la ratificación de Salvador Allende el 24 de octubre de 1970.

Campaña y 40 medidas

Portada del programa de gobierno de Unidad Popular
© FOTO : GENTILEZA BIBLIOTECA NACIONAL DE CHILE
Portada del programa de gobierno de Unidad Popular

Esta ratificación reconocía años de lucha popular, y una campaña que se inició un año antes con la publicación del programa de gobierno, y que contó con el aporte y compromiso solidario de distintos sectores de la sociedad chilena.

«Estábamos metidos en un comité Unidad Popular de la ‘pobla’ (barrio pobre) donde salíamos a hacer rayados, propaganda, hacíamos peñas (encuentros folklóricos). Entonces sí, era toda la familia hasta el perro estaba metido en esto», detalla Yolanda.

«Uno trabajaba por la campaña porque sentía que era el momento que el pueblo pobre llegara a La Moneda (casa de Gobierno), porque el programa de Salvador Allende iba a favorecer al pueblo, a nosotros», señala a Sputnik Clara Pino, actual pobladora de Peñalolén en Santiago.

«La gente se sentía profundamente llegada con ese programa y las conversaciones con los propios manifestantes era que ojalá se cumpliera el programa del presidente Allende, del compañero presidente», detalla Guillermo Durán.

Un año antes de la victoria de la Unidad Popular, el 17 de septiembre de 1969, fue aprobado el programa de la Unidad Popular, conocido como las 40 medidas, que apuntaban a los temas más sensibles de la sociedad Chile.

«Es importante señalar que el programa fue una preciosa realización colectiva, a diferencia de lo que ha ocurrido en los últimos años en que a las campañas presidenciales se contratan funcionarios pagados, y en estos casos incluso pagados por las grandes empresas de este país, en un grado de corrupción inaceptable», relata Miguel Lawner.

50 páginas resumían las aspiraciones sobre salud, educación, jubilaciones, infancia, corrupción y nacionalización de los recursos nacionales. Las que, según el exjefe de la CORMU, el propio Allende priorizó, de manera muy visionaria.»Cuando presentamos esas 40 medidas después de una elaboración colectiva con dirigente sindicales, poblacionales, de mujeres y todo, con todos los partidos políticos de Allende y todo, no teníamos el orden que tienen ahora. Allende, mira tú lo que son las cosas, pidió que todas las decisiones respecto a la corrupción encabezaran las 40 medidas básicas. Esa es propuesta de Allende«, revela Lawner.

La propuesta original la encabezaban la nacionalización del cobre y la reforma agraria, sin embargo, Salvador Allende dijo: «‘No, las cosas en su lugar. En este país lo que se necesita es honestidad, un capítulo absolutamente ausente en los últimos años en la historia de Chile, compromiso’, y por lo tanto tenía toda la razón», según Lawner.

Cumplimiento y compromiso

Guillermo Durán, conocido como Guidú, reconocido dibujante e ilustrador chileno
© FOTO : GENTILEZA CLAUDIO SALINAS
Guillermo Durán, conocido como Guidú, reconocido dibujante e ilustrador chileno
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Guillermo Durán recuerda que el pueblo vivió el triunfo y comienzo del gobierno de Salvador Allende con mucha serenidad, con alegría y con mucha responsabilidad, «dispuestos a asumir la cuota personal de cada uno, entendiéndose que el compromiso era personal y colectivo. Y eso era maravilloso porque estaban dispuestos a asumir algo que era imprescindible: la toma de conciencia política para cumplir el programa».

«En las poblaciones estaban los cordones industriales, estaban los pobladores, los estudiantes verdad, todos los frentes de masa avanzaban en organización, en discusión, en organización, en discusión. Entonces se crearon los cordones populares, se crearon comité en todas las poblaciones, los liceos, en las universidades», recuerda Elena.Una organización de base que se fue fortaleciendo en paralelo al cumplimiento e implementación de las medidas propuestas por el Gobierno, y que ella vio reflejadas en su propia escuela.

«Una de las medidas que tomó el gobierno de Salvador Allende fue favorecer a sectores populares, y recuerdo que ya esa mixtura empezó a notarse el 71. Empezaron a entrar unas personas bien populares, de los cuales obviamente yo me hice amiga, y entonces eso nos fue llevando a constituir grupos con una visión mucho más crítica sobre el proceso dentro de la escuela», señala.

Elena Díaz era estudiante de Economía de la Universidad de Chile cuando Allende llegó a la presidencia
© FOTO : GENTILEZA CLAUDIO SALINAS
Elena Díaz era estudiante de Economía de la Universidad de Chile cuando Allende llegó a la presidencia
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«Las 40 medidas básicas y su aplicación durante el mandato de Allende que fue espectacular, porque realmente Allende es el único Presidente en la historia de Chile que cumplió lo que prometió», sentencia Lawner.

La ejecución del programa fue reconocida por las personas en las elecciones municipales de abril de 1971, señala el exdirector de la CORMU, quien detalla: «Habían pasado unos 6 meses, no más de gobierno, tuvieron lugar elecciones generales comunales, de regidores y alcaldes, como se llamaban entonces. Y la UP, del 36 % con el que ganó subió a 50,3% en seis meses».

Un apoyo que también estuvo acompañado de un enorme compromiso que se logró en esa época, que involucró a trabajadores, profesionales, artistas, hombres y mujeres, según Miguel Lawner, quien lo vio reflejado en una de las obras de construcción más emblemáticas de la época, el edificio para la tercera Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo, hoy Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), celebrada en 1972.

Mural plástico en el Centro Cultural Gabriela Mistral
© SPUTNIK / CAROLINA TREJO
Mural plástico en el Centro Cultural Gabriela Mistral
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El arquitecto afirma que fue una proeza «jamás vista antes en Chile y nunca después». Inclusive hoy día, 50 años después, con los avances tecnológicos que existen, «jamás en nueve meses se haría un edificio como este».

Esto, en palabras de Lawner, fue posible por el compromiso de todos, de los trabajadores, de los profesionales, de los artistas, los arquitectos que se designaron. «Trabajaron todos por una remuneración mensual razonable, y se entregaron día y noche sin problema».

Un trabajo mancomunado, que se reflejó en la entrega y firma final de la obra, para la cual, en vez de suscribir solo la constructora y los arquitectos, se colocó una piedra encargada al escultor Samuel Román.»Más o menos el texto dijo así: ‘Este edificio fue construido en 275 días, gracias al esfuerzo de obreros, artesanos, profesionales, durante el gobierno del presidente Allende para servicio de toda la comunidad'», puntualiza Lawner.

Tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, la piedra fue «lo primero que sacaron los milicos en cuanto llegaron y se apropiaron del edificio».

La dignidad del pueblo como legado

Para cada uno de los entrevistados la victoria del Salvador Allende fue particularmente la victoria de los más humildes, no porque en el Gobierno y sus organizaciones no hubiese distintos grupos sociales y profesionales, sino porque por primera vez ellos se sentían parte del proceso.

«Tal vez el rasgo más importante durante el gobierno fue justamente el haber incorporado a un alto nivel estos valores humanos, sobre todo la dignidad de los trabajadores. O sea, los sectores de trabajadores, los sectores de menores recursos, generalmente segregados, excluidos de todo, tuvieron por primera vez un reconocimiento, y supieron lo que era ser una persona digna realmente. Ese, a mi juicio, es el capital más precioso que heredamos del gobierno del presidente Allende», opina Miguel Lawner.

Por su parte Guillermo Durán considera que, al leer el programa de la Unidad Popular, este cobra total vigencia, «porque hoy 2020 nos enfrentamos a un escenario capitalista, un mundo individualista que no ha logrado resolver los problemas sociales que proponía ese programa».

«Son las mismas demandas que hoy exige la población, son las mismas cosas que los estudiantes siguen pidiendo, muchas por las que la gente salió a exigir el 18 de octubre«, señala a Sputnik Eugenia Rojas, jubilada de la educación.Miles de personas que no solo dieron cuenta del descontento, sino de la dignidad, de la solidaridad y un enorme sentido de lo colectivo que era parte del proyecto de Salvador Allende hace 50 años.

«Francamente solo a raíz del estallido de octubre del año pasado podemos decir que se ha recuperado estos valores tan importantes, el encontrarse en la Plaza de la Dignidad con toda la gente sonriente, abrazándose. Un poco la expresión de cómo esa semilla está viva en nuestro pueblo», sentencia Lawner.


Por Carolina Trejo – Licenciada en Historia y Comunicación Social y Periodismo. Ha sido periodista de investigación y realizadora en televisión durante los últimos 20 años. Comenzó en 1997 en el programa de reportajes con más antigüedad de la televisión pública chilena, Informe Especial y luego se incorporó al área de reportajes de Canal 13, donde ejerció de directora, editora y guionista en diferentes proyectos documentales. Ha recibido premios del Consejo Nacional de Televisión de Chile, fue finalista del Premio Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo en 2014. Actualmente es corresponsal de Sputnik en Chile y académica de la Escuela de Periodismo de La Universidad de Chile y la Universidad de Santiago.