El chocolate es uno de los productos más ricos y deseados del mundo. Ya sea amargo o con leche, en forma de tabletas o bombones, esta delicia ya lleva más de 2.000 años presente en la vida de los humanos.
Se estima que en todo el mundo, entre 40 y 50 millones de personas dependen del cacao para su subsistencia, asegura la Asociación Nacional de Pasteleros de EEUU.
Se necesitan unos 900 granos de cacao para hacer un kilo de chocolate, mientras que cada árbol de cacao produce aproximadamente 2.500 granos. Además, los árboles son tan difíciles de cultivar que los agricultores pierden, en promedio, el 30% de su cosecha cada año.
En los tiempos antiguos, los granos de cacao eran tan valiosos que los primeros mesoamericanos los usaban como moneda. Su manera habitual de tomar chocolate era preparar una bebida espumosa batiendo el cacao con agua y especies. También fermentaban la pulpa de la vaina de cacao para hacer otras bebidas.
El árbol que produce los granos de cacao se llama theobroma cacao y significa «alimento de los dioses«. Hoy en día, el mayor productor del cacao es Costa de Marfil que proporciona aproximadamente el 40% de la oferta mundial.
Hay una variedad de fechas que han sido designadas como el Día del Chocolate en todo el mundo. La fecha más comúnmente aceptada es el 7 de julio. Se cree que ese día, en 1550, el chocolate llegó a Europa. La Asociación Nacional de Pasteleros de EEUU enumera en su calendario cuatro días festivos:
- Día del Chocolate, 7 de julio.
- Día Nacional del Chocolate, 28 de octubre.
- Día Nacional del Chocolate, 28 de diciembre.
- Día Internacional del Chocolate, 13 de septiembre. Coincide con la fecha de nacimiento de Milton S. Hershey, fundador de The Hershey Chocolate Company.
Además se festejan otras festividades como el Día Nacional del Chocolate con Leche, el Día Nacional del Chocolate Blanco y el Día Nacional del Cacao.
Las investigaciones científicas indican que el chocolate puede ser disfrutado como parte de una dieta y estilo de vida equilibrado y saludable para el corazón. La porción promedio de chocolate con leche tiene aproximadamente la misma cantidad de cafeína que una taza de café descafeinado. Sin embargo, es mejor consumir chocolate amargo, ya que contiene menos azúcar y más antioxidantes, flavonoides y otros nutrientes.