La pandemia del coronavirus aumentó la cantidad de los pagos con tarjeta y sin contacto por el temor de contagiarse. La drástica reducción del dinero en efectivo es particularmente visible en los países escandinavos. El Banco de Suecia puso al descubierto los problemas que trae la falta de «dinero real».
En medio de una pandemia el contacto con el dinero es un riesgo para la salud y, como resultado, es menos popular que nunca. Para una máxima seguridad sanitaria el método de pago preferido en estos días es completamente sin contacto.
Un mundo sin efectivo
Los pagos con tarjeta sin contacto se han disparado en la región nórdica. Durante los primeros 4 meses de 2020 los volúmenes de pagos sin contacto crecieron 12 puntos porcentuales del 57% al 69%, según los datos recopilados por el proveedor de servicios de tarjetas Nets A/S.
La tendencia puede observarse en todo el mundo. A nivel mundial, casi el 60% de las transacciones de Visa fuera de EEUU se hacen con un toque de pantalla, según la compañía de tarjetas.
«La gente no quiere tocar las monedas y billetes» o «presionar botones», aseguró Viveka Soderback, gerente de información al consumidor de Klarna AB, un banco sueco. El coronavirus «ha acelerado esa tendencia».
En EEUU solo el 8% del producto interno bruto circula en efectivo, en la zona euro la proporción es de más del 10%. Suecia tiene menos efectivo en circulación que cualquier otro país del mundo: alrededor del 1%, según las estadísticas.
De los suecos de 18 a 34 años, aproximadamente tres cuartas partes nunca o rara vez llevan efectivo, según una encuesta de julio encargada por Bankomat.
Stefan Ingves, el gobernador del Riksbank, Banco de Suecia, señaló que algunos jóvenes suecos «ya no tienen ni idea» de cómo es el dinero real. Es un futuro que preocupa a Ingves y a otros, y asegura que los legisladores deben intervenir antes de que sea demasiado tarde.
Los riesgos de un mundo sin efectivo
No siempre fue obvio que la falta de dinero en efectivo podría convertirse en un riesgo. Pasar a las transacciones digitales tiene muchos beneficios, escribe el diario Bloomberg. Este método de pago promueve el tipo de transparencia que hace que cosas como el lavado de dinero y la evasión de impuestos sean mucho más difíciles de hacer.
Por otro lado, si no hay nada de dinero en efectivo para recurrir, ¿qué pasa si las redes digitales fallan? Otro peligro son los ciberataques que pueden hacer mucho más daño que los antiguos robos de bancos.
«Si se apagan las luces, necesitamos tener suficiente dinero físico en el país, muy, muy lejos en el bosque, para que podamos volver a usar el dinero físico si hay un problema serio», sugirió Ingves.
Ingves agregó que el tema también plantea preguntas prácticas sobre el papel de un banco central. Por ende el Riksbank sueco ha hecho una planificación más avanzada que la mayoría de sus pares para averiguar cómo mantener la relevancia y cómo asegurar que los ciudadanos no se encuentren de repente sin acceso al dinero real.
«Necesitamos una definición de moneda de curso legal adecuada para la era digital», declaró en un discurso reciente, añadiendo que el Gobierno también tendrá que redactar una legislación que exija a los bancos y a las empresas «mantener alguna forma de capacidad mínima» para manejar el dinero físico.
Mientras tanto, uno de los últimos bastiones del dinero en efectivo —el dinero de bolsillo de los niños— también se está extinguiendo en Suecia. Solo el 16% de los niños suecos reciben asignaciones regulares en forma de billetes de banco y monedas, según una encuesta realizada en junio. Entre los niños de 15 a 17 años, es alrededor del 4%, mientras que el 87% recibe dinero digital.