El Gobierno de Corea del Norte reaviva su abominable tradición del llamado escuadrón del placer: un harén de jóvenes puestas al servicio de Kim Jong-un y sus hombres de confianza para complacerlos con cantos, bailes, masajes y sexo. Veamos qué se esconde tras esta antigua tradición que inició Kim Il-sung y que ha recuperado su nieto.
Un halo de misterio rodea a Kim Jong-un hasta el punto de que se ha especulado con su muerte por sus escasas apariciones públicas. El presidente de Corea del Norte a veces desaparece y pasa semanas en sus palacios junto con funcionarios de alto rango gozando nada menos que de la compañía de un harén propio formado, según informa el medio británico The Sun, por unas 2.000 niñas.
Hay que remontarse a finales de la década de 1970 para situarse en los inicios de lo que ya se ha vuelto tradición. El fundador del país y hoy líder eterno Kim Il-sung organizó una suerte de cruzada por toda la nación en busca de las jóvenes más bellas para que estas trabajaran para él y su corte, en lo que se conocería como Kippumjo.
Muchas de las elegidas tenían 13 o 14 años y eran ofrecidas por sus propias escuelas y sin que sus familias pudieran interponerse. Una vez unidas al escuadrón, se las asignaba a la unidad de canto y baile, a la de masajes, o a Manjokjo, en que la función era dar servicios sexuales. Algunas empezaron trabajando como sirvientas para convertirse después en «mujeres de consuelo».
Estas debían ser vírgenes para que el líder norcoreano pudiera absorber el ki o la fuerza vital de la niña. Una vez retiradas a los 20 años, las chicas pasaban a ser esposas de los oficiales del ejército de Corea del Norte.
Tras la muerte de Kim Il-sung en 1994, su hijo y heredero Kim Jong-il no dudó en perpetuar la tradición hasta su muerte en 2011.
Una de las colegialas que tuvo a su servicio es la joven conocida como Mi Hyang, quien huyó a Corea del Sur y declaró en 2010 que había sido víctima de los abusos del escuadrón del placer durante dos años, tras ser reclutada a los 15 en su propio colegio.
«Inspeccionaron a todas las estudiantes y apartaron a varias, incluida yo, e hicieron un registro detallado de mi historial familiar y de mi registro escolar. Me preguntaron si alguna vez había dormido con un chico. Me sentí muy avergonzada de oír una pregunta así», escribió Hyang en un blog.
También arroja luz sobre estas infames prácticas la información que dio el sobrino de Kim Il-sung Lee Il-nam en su memoria antes de ser asesinado en 1997. En ella explicaba que las fiestas organizadas en la residencia de Kim Jong-il duraban hasta la mañana y que tenían una rutina que «incluía comer, beber y bailar, pero generalmente terminaba con juegos eróticos» o que se dedicaban exclusivamente al sexo las veces que Kim estaba de «particularmente buen humor».
Tras la muerte de Kim Jong-il, estas fiestas de desenfreno y toda la práctica del Kippumjo desaparecieron, y las mujeres que habían participado en él recibieron hasta 4.000 dólares, según se cree, a cambio de no revelar ninguna de las muchas cosas que habían visto y oído durante su servicio.
No obstante, al cabo de los años Kim Jong-un, el actual presidente norcoreano, volvió a la carga con energías renovadas y creó su escuadrón personal. Según informes de medios surcoreanos, el líder estaba a la caza de nuevas chicas ya en 2015. Fuentes informaron a medios de ese país de que las nuevas chicas, «altas y guapas», tuvieron que recibir entrenamiento de seguridad antes de empezar a ejercer, destaca el medio británico.