El próximo 25 de octubre, Chile vivirá un proceso histórico y relevante a la hora de votar por un “apruebo o rechazo”. Algunos expertos inclusive, avizoran que en caso de ganar la opción apruebo, la verdadera contienda política la veremos en la elección de los “convencionales constituyentes”. Ahora bien, no tendrá mucho sentido ejercer este derecho ciudadano sino tenemos idea del contenido de la carta magna, sino, ¿frente a qué estamos votando? Por lo mismo, es fundamental ejercer nuestra autonomía política y que comencemos a revisar aquellos asuntos que nos interesa que sean modificados, ya que de esta forma nos sentiremos escuchados.
Debemos comprender, que la Constitución viene a ser una institución de orden jurídico que limita el rol del poder a través del derecho establecido como protección de los mismos, que tendremos la oportunidad de ser parte de su modificación apelando a los nuevos paradigmas sociales, políticos y hasta económicos que se encuentran representados en pleno siglo XXI. Una sociedad que avanza y resguarda el sentido democrático de su nación, tiene que hacerse parte de las decisiones que la rigen en orden constitucional. No es menor, saber que parte del contenido de este actual documento normativo, hace relación con el ejercicio y limitaciones que poseen los poderes del Estado chileno y los cuales cobran sentido cuando son modificados en atención a las necesidades actuales de la población.
Entre otros capítulos que merecen ser revisados desde una perspectiva contextual, la constitución política apela a asuntos tan esenciales como: la nacionalidad y ciudadanía; derechos y deberes de los chilenos/as; rol del gobierno, congreso nacional, ministerio público, poder judicial; libertad de expresión; seguridad nacional y administración del Estado. En este sentido, no desaprovechemos esta oportunidad de votar, más allá de la visión que cada uno establezca. Lo relevante de este hito, es que los chilenos serán quienes dispondrán si “aprueban o rechazan” el desarrollo de una nueva carta constitucional.
Quizás, aún quedarán temas de índole social por mejorar, pero lo que viviremos viene a ser la antesala a la transformación de un nuevo paradigma para nuestro país. En consecuencia, no votemos solo por votar, antes leamos, analicemos y establezcamos conclusiones con tal de tomar una decisión responsable ante tal importante hecho que acontecerá ese día.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN
Por Carlos Guajardo – Académico Facultad de Educación, UCEN