En los inicios de la pandemia de COVID-19, la teoría de la inmunidad de rebaño apareció en boca de científicos y políticos alrededor del mundo. Ahora, la ciudad brasileña de Manaos, capital del estado de Amazonas (norte del país) parece ser el primer caso en alcanzarla a nivel mundial. Pero, ¿qué significa esto y qué consecuencias tiene?
Lo consideró el Gobierno de Boris Johnson en Reino Unido en marzo: retrasar el pico de contagios hasta mayo o junio, para cuando, según cálculos de asesores científicos, el 60% o 70% de la población se hubiera infectado, aunque protegiendo, eso sí, a la población que sea vulnerable por edad o enfermedades de riesgo.
«Nuestro objetivo es tratar de construir un tipo de inmunidad de rebaño de forma que haya más gente inmune a la enfermedad», había fundamentado a la prensa el principal asesor científico de Reino Unido Sir Patrick Vallance.
De manera sintética, la teoría de la inmunidad de rebaño propone que, cuantas más personas haya contagiadas, más rápidamente la población total se encontrará libre del virus. Esto se debe a que los virus en circulación necesitan de huéspedes humanos para subsistir y reproducirse.
Por ello, cuando se llega a un número estadísticamente alto de personas que se ha recuperado del virus y alcanzado la inmunidad, a este se le hará más difícil encontrar un huésped en el que reproducirse, ya que no podrá ser contagiado a través de aquellos que ya se recuperaron. De esta forma, se cesaría la cadena epidemiológica y, eventualmente, la pandemia.
A la teoría suscribieron Gobiernos como el de Donald Trump, en Estados Unidos, y el de Andrés Manuel López Obrador, en México, pero todos recibieron una respuesta contundente de diversas instituciones científicas.
Ninguna región alcanzará la inmunidad de rebaño hasta, por lo menos, finales de 2020, advirtió a principios de mayo la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins, EEUU, institución que ha brindado uno de los mapas interactivos de casos de COVID-19 más consultados a nivel mundial.
Poco después, la Organización Mundial de la Salud (OMS) debió reforzar el mensaje. «Como población global, no estamos próximos en absoluto a los niveles de inmunidad requeridos para detener la transmisión de esta enfermedad. Esta no es una solución, ni es una solución a la que deberíamos aspirar», dijo Michael Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS.
Manaos: la teoría de inmunidad de rebaño puesta a prueba
La inmunidad de rebaño parece estar alanzándose en Manaos, la capital del estado de Amazonas, al norte de Brasil. En el tercer país con más contagios y muertes del mundo, más de 4,7 millones y 142.000 respectivamente para fines de septiembre, Manaos no fue la excepción con altos picos de contagio y muertes.
Según un artículo publicado por el renombrado Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), para mayo la ciudad de una población de casi 2 millones de habitantes reportaba saturación sanitaria y tenía una demanda de ataúdes cuatro a cinco veces mayor que en 2019. Sin embargo, el pico de contagios y muertes en septiembre disminuyó de forma drástica.
La explicación: el virus ya no tiene demasiados huéspedes en los que hospedarse. A esa conclusión arribaron investigadores de Brasil y del Reino Unido, presididos por Ester Sabino, del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad de São Paulo. Desde el primer caso registrado en la ciudad en marzo, entre el 44% y el 66% de la población de Manaos ha sido infectada, estima el equipo.
«Por lo que aprendimos, esta es probablemente la prevalencia más alta del mundo», dijo Sabino al MIT e indicó que la rápida y repentina disminución de las muertes está relacionada con la inmunidad colectiva.
A pesar de que desde los primeros brotes el Gobierno local dispuso medidas de aislamiento social, la tasa de infección se mantuvo alta durante meses, lo que permite suponer que, ahora, el descenso del contagio se debe a que ya no hay tantos huéspedes disponibles para que el virus se deposite o sea transmitido.
El diario Washington Post reportó que, de que un pico de 79 muertes diarias en mayo, en agosto la tasa de la ciudad oscilaba en una o dos muertes por día.
¿Qué dice la inmunidad de rebaño sobre Manaos?
En teoría, que el virus no tenga en quién depositarse debería ser algo positivo a celebrar. Según las cifras actuales y los cálculos del equipo de investigación, la tasa de letalidad por infección en Manaos fue de alrededor del 0,28%, lo que equivale a una muerte cada 350 personas infectadas. Ahora, esa tasa ha disminuido a una muerte por cada 500 u 800 contagios.
Pero ¿se trata de un logro para Brasil? Según el inmunólogo Florian Krammer, del Hospital Sinai de Nueva York, era esperable que algunas regiones alcanzaran niveles de inmunidad lo suficientemente altos como para que los brotes locales se interrumpieran eventualmente. A su juicio, sin embargo, el resultado refleja fallas en la gestión de la salud pública y no éxitos gubernamentales.
Since I already see it going this way: I did not endorse community immunity as a strategy. Community immunity via natural infection is not a strategy, its a sign that a government failed to control an outbreak and is paying for that in lives lost. https://t.co/o0hxHHTaho
— Florian Krammer (@florian_krammer) September 22, 2020
«No comparto la idea de la inmunidad colectiva como estrategia. La inmunidad de rebaño a través de infecciones naturales no es una estrategia sino una señal del fracaso del Gobierno en el control de la situación, y eso se paga con vidas», tuiteó Krammer en referencia a los casos en Brasil.
Aunque no están completamente claros los motivos del alto pico de contagios que sufrió Manaos, y que ahora llevaron a la ciudad a una inmunidad de rebaño, puede señalarse que las pocas medidas restrictivas del Gobierno, la insuficiencia de establecimientos médicos, la falta de agua potable en ciertas regiones, la densidad poblacional en ciertas áreas y el bote como medio de transporte en el que muchas personas viajan juntas pueden ser algunos de ellos.