SANTIAGO – El grupo de investigación en Seguridad Ciudadana y Justicia del Instituto de Asuntos Públicos (INAP), liderados por el académico Adolfo González, elaboró el documento «Carabineros de Chile: ¿modernización o reforma?», que aborda la crisis que enfrenta la institución y entrega recomendaciones para un proceso de reforma efectiva, que incluye, entre otros puntos, la creación de un Ministerio de Seguridad, una redefinición del rol y función desde la Constitución y la regulación en los procedimientos de restauración del orden público.
“La reforma a Carabineros de Chile se ha instalado como tema prioritario de la agenda pública, gatillado por hechos que, a través del tiempo, se han traducido en una baja sistemática de los niveles de confianza y aprobación ciudadana en la institución, provocando la crisis más grande de su historia”. Así comienza el informe Carabineros de Chile: ¿modernización o reforma?, elaborado por el grupo de Investigación en Seguridad Ciudadana y Justicia, que integran docentes e investigadores del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.
A través de un documento de 12 páginas, en el que participan en calidad de autor el académico Adolfo González, junto a los docentes, Olga Espinoza, Hugo Frühling, Diego Piñol y Rodrigo Salinas, se entrega un análisis de los factores que han influido en el deterioro de la imagen pública que tiene hoy Carabineros; entre estos, que en los últimos años no se han producido cambios sustantivos a la institución, y el proceso de debate constitucional donde la labor y desempeño de las Fuerza de Orden y Seguridad también deberá ser debatido.
El director del Instituto de Asuntos Públicos (INAP), de la Universidad de Chile, Hugo Frühling explica que en general las crisis institucionales “tienen una larga trayectoria, pero que se manifiestan en un momento determinado. Así es como logramos enterarnos del fraude en Carabineros, o situaciones de corrupción, manipulación de pruebas, también los eventos y la coyuntura del 18 de octubre, que nos plantearon una manera de controlar el orden público que fue desmedida y muy criticada”.
En el documento se plantean como hechos claves de la crisis las prácticas de corrupción registradas en 2016, cuando se descubrió una defraudación en Carabineros que compromete a la cadena de mando, implicando el procesamiento de más de 128 funcionarios por delitos de lavado de activos, asociación ilícita y malversación de caudales públicos por más de 32,5 millones de dólares. Además, violación a los derechos humanos, luego que a partir de octubre de 2019 aumentaron exponencialmente las denuncias por excesos policiales. Dichos hechos, plantean los académicos, precipitaron una crisis “que venía antecedida por una baja sistemática en la evaluación de Carabineros y en el nivel de confianza de la ciudadanía en las policías”.
Para el investigador de Seguridad Ciudadana y Justicia, Adolfo González, quien lidera la investigación, son varias las causas que gatillan que hoy la institución requiera urgentemente una reforma. Explica que durante mucho tiempo, la policía “ha funcionado con relativa autonomía con respecto al poder civil. Por lo tanto, la institucionalidad, el Estado, la sociedad, ha confiado en que los procesos pueden ser desarrollados por la institución sin sucesión a la autoridad civil, y sin mecanismos que garanticen un efectivo control interno y externo de la gestión administrativa y logística”.
Agrega, que otro factor relevante tiene que ver con la definición misma de la función de las policías. “La violación sistemática de derechos humanos se puede entender por una concepción a la base institucional que muestra a una institución que no se ha adecuado a las exigencias de una sociedad democrática”, asegura.
Además, el académico, sostiene que hechos como los ocurridos el viernes recién pasado, cuando un joven cayó al río Mapocho tras el accionar de uno de los funcionarios de Fuerzas Especiales -acción que está siendo investigada por la Fiscalía- “es un claro ejemplo justamente de lo que pasa con Carabineros. Desde hace un tiempo ha terminado al servicio de una política de seguridad represiva, al servicio de una función política, que en todo caso le es funcional en términos de cómo ha sido concebidas su función desde la Constitución misma”.
Asimismo, la académica Olga Espinoza, considera que “ha quedado de manifiesto que la reforma de Carabineros es una urgencia”. En el documento, plantea la experta, “estamos hablando de cuáles son los elementos claves en esta transformación de la institución”.
Recomendaciones para una reforma efectiva
A través de ocho puntos, el grupo de Investigación en Seguridad Ciudadana y Justicia del INAP aborda los cambios requeridos por la institución, en ámbitos del sistema de seguridad en general, de la institución de Carabineros en particular y a nivel procedimental:
- Redefinir el rol y función policial desde la Constitución
- Restaurar sentido de propuesta de especialización policial
- Crear un Ministerio que concentre las funciones de Seguridad
- Vincular la reforma al proceso de descentralización del Estado
- Revisar la normativa y reglamentación de Carabineros
- Regular por ley los procedimientos de orden público
- Avanzar hacia el escalafón único de Carabineros
- Fijar un cronograma y procedimientos
Además, en el documento plantean que “en términos generales es necesario comprender la reforma de Carabineros en el marco de una política de seguridad más amplia, lo que abarcaría tanto medidas que apunten a cambios en la institucionalidad de seguridad del país, como a medidas que apunten específicamente a la policía uniformada”.
Para Adolfo González, lo principal es “aprovechar la ventana de oportunidades y dar pasos concretos en la línea de las medidas que resultan prioritarias”. Y agrega que “si nos quedamos con prioridades secundarias lo que vamos a producir son meros ajustes cosméticos en Carabineros que no van a ser una respuesta a los factores de esta crisis profunda que viven, por lo tanto, este impulso de reforma necesariamente debe considerar abordar aquellos aspectos que son medulares, que responden directamente a la problemática de la institución”.
Asimismo, ninguna institución va a ser eficiente, “si es que no existe observadores externos e internos que fiscalicen su funcionamiento. Estamos hablando de órganos que ayuden a la institución a identificar donde está fallando, y donde están sus potencialidades. Esto forma parte de los principios básicos de la modernización, y son parte de los elementos que no pueden faltar en una institución como Carabineros de Chile”, como indicó Olga Espinoza.
Para Hugo Frühling es necesario que la institución se adapte a los cambios sociales y expresiones que hoy se dan, distintas a las de hace 10, 20 o 30 años atrás. “Necesitamos policías flexibles porque los cambios son cada día más rápidos y el contexto social ha cambiado muchísimo, desde los años noventa a la fecha”. Y, añade que “cosas que se aceptaban como parte de la realidad en ese tiempo hoy día ya no se acepten y, en consecuencia, mecanismos y tácticas de control de masas o manifestaciones que se usaban de manera regular esos años hoy día han quedado obsoletas y son consideradas, con razón, como sumamente represivas”.
Por Maritza Tapia – U. de Chile.