¿Quién no se ha preguntado ‘qué podría haber pasado si hubiera obrado diferente’, y pensado los mil y un escenarios posibles? Un grupo de científicos logró desarrollar un modelo matemático que revela el resultado de usar o no mascarillas en la pandemia.
Estos tiempos de pandemia han obligado a los científicos a llevar al límite sus capacidades cognitivas y realizar un esfuerzo sin precedentes para avanzar en conocimiento sobre el coronavirus, curas y tratamientos para COVID-19. Así nos enteramos día a día de nuevos hallazgos.
Ahora, un modelo matemático analiza los posibles escenarios a los que podríamos enfrentarnos por llevar puesto o no los tapabocas. El estudio puede ayudar a las autoridades a adoptar medidas más concienzudas; por ejemplo, obligar a la población a usarlo, como se ha hecho en varias ciudades del mundo.
Biplav Srivastava, profesor de Ciencias de la Computación de la Universidad de Carolina del Sur, en Estados Unidos, lideró un equipo que desarrolló una herramienta de datos para demostrar el efecto del uso de mascarillas en los casos y muertes por COVID-19, según lo describió en el portal The Conversation. Los resultados indican que si usamos barbijo salvamos más vidas, y que cuanto antes comencemos a utilizarlo, mejor.
La herramienta crea escenarios alternativos que pueden contestar la típica (y muchas veces exasperante) pregunta: «¿Qué podría haber pasado si…?». En este caso, si un condado de Estados Unidos tenía una tasa más alta o más baja de uso de tapabocas.
«Si es un condado donde la gente usa máscaras regularmente, le mostrará cuántos casos y muertes de COVID-19 evitaron. Si eliges un condado donde la gente no usa máscaras, te mostrará cuántos casos y muertes podrían haberse evitado allí», explica Srivastava.
¿Cómo calcular la eficacia de las mascarillas?
En el procesamiento de «muchos datos» se relevó información de la encuesta que realizó el diario New York Times a casi todas las regiones estadounidenses sobre el uso de las mascarillas. Asimismo, sumaron datos de casos en tiempo real difundidos por la Universidad Johns Hopkins, además de datos del censo demográfico (como el tamaño de la población, la edad media y más) y datos geográficos para medir la distancia entre condados.
La técnica que utilizaron para procesarlos se llama control sintético robusto, donde hay un grupo de control y un grupo de tratamiento; es una metodología muy común en los estudios sobre drogas. En otras palabras: el modelo puede prever los diferentes escenarios porque toma como referencia a otros condados que están cerca y tienen una demografía y un recuento de casos similares, pero un umbral de uso de máscaras más bajo.
De acuerdo con Srivastava, se analiza cuánto ha divergido los dos grupos en términos de recuento de casos. Según explica en The Conversation, la diferencia en el recuento de casos entre los dos grupos indica una diferencia en las muertes utilizando el parámetro de tasa de mortalidad. Así, el modelo también reveló que usar mascarillas es muy útil para mitigar el impacto del COVID-19, pero su «impacto es mayor cuando lo haces temprano», asegura.
«Por ejemplo, echemos un vistazo al condado de Wyandotte, Kansas —señaló Srivastava—: tiene una puntuación relativamente alta de uso de barbijos de aproximadamente 3,4. El modelo, que está diseñado para contestarnos el ‘¿y si?’, revelará qué habría sucedido si la puntuación de uso de barbijos se hubiera reducido a 3,0, que es nuestro límite para señalar el ‘bajo uso de barbijos’, pero también puede experimentar con otros valores solo para ver qué sucede. Llegamos a 3,0 basados en el análisis de los hábitos de uso de tapabocas a nivel nacional. Los valores reales oscilaron entre 1,4 y 3,85, con un promedio nacional de 2,98″.
A su vez, el modelo también puede establecer una fecha en la que la puntuación del uso de los barbijos cambie a 3.0. «Si lo establecemos para funcionar del 1 de junio al 1 de octubre, nos dice que el condado de Wyandotte habría tenido un 101,5% más de casos y 150 muertes más en ese período. También dice cuántas muertes han ocurrido o se han evitado en base a un parámetro de tasa de mortalidad que se puede establecer. En este ejemplo, se estableció en el 2%», explicó Srivastava.
Sin embargo, el profesor reconoció que el modelo tiene limitaciones: «funciona mejor para algunos condados que para otros». En general, funciona mejor con condados que están más cerca del promedio, porque tendrá partidos más cercanos con los que comparar. También señaló otra limitación: la encuesta de adherencia a la mascarilla del New York Times se realizó en el verano del hemisferio norte, «y las cosas siguen cambiando».
Hasta el 23 de noviembre, Estados Unidos registró más de 12,3 millones de contagios y 257.000 muertes por COVID-19. Ocho de los 50 estados aún se niegan a implementar el uso obligatorio del tapabocas, y en otros seis su uso no siempre es obligatorio, según informó el New York Times.