Luis Catrileo, nacido en Tromen, comuna de Temuco, lleva años como dirigente mapuche. Es director de la comunidad Toro llanquimil y Encargado Nacional de Pueblos Originarios en el Partido Comunista. En entrevista, deja en claro la insatisfacción y rechazo total a la decisión del Parlamento de dejar 17 escaños reservados para indígenas en la Convención Constitucional que redactará la nueva Constitución, con lo que se dio la espalda a la propuesta emanada desde ese sector de tener 25 escaños. Criticó la postura de la ministra de Desarrollo Social, Karla Rubilar, y advirtió que contrario a lo que ella dijo, esta situación atenta contra la participación y derechos de los pueblos indígenas.
¿Cuál es su mirada de la decisión final del Parlamento de dar 17 escaños a pueblos indígenas en la Convención Constitucional, dentro de los 155 cupos de convencionales?
Tengo la mirada de que la Comisión Mixta (senadores y diputados) terminó negando y traicionando las profundas y legítimas propuestas de todos los pueblos originarios y que la oposición fue claramente doblegada por los parlamentarios y parlamentarias de la derecha que lograron finalmente desnaturalizar por completo la propuesta imponiendo en forma descarada e insolente su mirada fascista, racista, negacionista y discriminatoria. Quedó claro de la manera y forma en que nos miran, como menores de edad, como interdictos.
¿Esa fórmula responde a la representación que esperaban en la Convención?
No nos interpreta ni satisface en absoluto, imagínate el enorme trabajo y coordinación de organizaciones, dirigentes y dirigentas tanto sociales como políticas, independientes y alcaldes mapuche entre otros, para construir una propuesta seria y razonable que en términos generales planteaba que una población del 12,8 por ciento le correspondían 24 escaños más uno al pueblo afrodescendiente, que era supernumerario, agregado a los 155, con auto identificación y padrón único. Todo lo cual fue desechado por la Comisión Mixta y que terminó finalmente en 17 escaños, lo que sin duda agregará un sinnúmero de medidas burocráticas a la hora de que los integrantes de los pueblos se decidan a participar del proceso.
Karla Rubilar, ministra de Desarrollo Social, se vanaglorió del resultado y dijo que fue un acuerdo transversal e histórico.
De la señora Karla Rubilar, existe en el conjunto de los pueblos y en particular del pueblo mapuche, en forma transversal, la peor opinión. Ella se convirtió en los hechos en la operadora del gobernador para hacer abortar toda participación posible de las primeras naciones, se terminó convirtiendo en la maestra descarada de la mentira y la hipocresía, su accionar es repudiable porque actuó a diestra y siniestra haciendo lo imposible para evitar la participación de los pueblos, pero otro muy distinto era su discurso en los medios de comunicación. Se dio el lujo de culpar a toda la oposición por la demora en llegar a acuerdos y tildó como algo histórico los 17 escaños reservados, pasando por alto el chantaje del gobierno y la derecha que terminó cercenando la propuesta de las primeras naciones.
Parece que otra vez se impuso el asunto del quórum y de acuerdos políticos “por arriba”.
Lamentablemente por diversas razones el conjunto de los pueblos originarios y las fuerzas progresistas que nos acompañaron no fuimos capaces de ejercer una mayor movilización y presión sobre esta demanda que era decisiva a mi juicio en la lucha por estar en la construcción de una nueva Constitución, tanto hacia el gobierno como al Parlamento y ello permitió que un reducido número de parlamentarios fuera presa del chantaje de la derecha, al plantear que para otorgar los votos debía hacerse a su manera o de lo contrario no habrían escaños. Lo que les ocurrió finalmente a todos nuestros parlamentarios y parlamentarias es que se vieron contra la espada y la pared, obligados a votar a favor porque lo contrario implicaba dejar sin escaños a los pueblos con las consecuencias políticas que ello implicaba.
Algunos dicen que al menos habrá representación indígena en la Convención. ¿En este escenario cómo ve ahora la participación de convencionales indígenas?
Bueno, para algunos es un premio de consuelo, fruto de un acuerdo en la medida de lo posible. Solo destacaría el hecho de que al menos se ha ganado un pequeño espacio de participación de los pueblos después de siglos de negación y exclusión, es una pequeña ventana que de todas maneras, a pesar de todos los obstáculos, seguiremos ampliando para lograr de una vez por todas escribir en la nueva Constitución las aspiraciones y demandas por décadas ignoradas y negadas.
¿Esta situación llevará a que más sectores del pueblo mapuche se resten del proceso constituyente?
Creo que estás medidas instaladas, solo están destinadas a obstaculizar la partición de los pueblos, más que a facilitarla. En la práctica, al desconocer el derecho a la autoidentificación, primó la idea de que los indígenas somos personas o ciudadanos de segunda categoría y nos queda el desafío de seguir luchando a pesar de todas las condicionantes adversas, principalmente de carácter burocrático. Por último, no quiero dejar pasar nuestra enorme indignación por el maltrato, el desprecio con que fue tratado el pueblo afrodescendiente y manifestar toda nuestra solidaridad. No logro entender que eurodescendientes, colonos descendientes, que llegaron a Chile con una mano adelante y otra atrás, y que se apropiaron de tierras robadas y usurpadas al pueblo mapuche tengan hoy la potestad de decidir si las primeras naciones tenemos o no derechos y en qué número, son las paradojas de la historia.