Los niños migrantes y desplazados fueron privados en gran medida del acceso a servicios esenciales durante la pandemia de COVID-19, se desprende de los datos analizados por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en 159 países.
«Los resultados del informe son una alerta roja de que los niños más vulnerables fueron abandonados a su suerte ante los efectos secundarios de la pandemia», declaró la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore.
La agencia de la ONU instó a los gobiernos a garantizar a todos los niños vulnerables, incluidos los migrantes, el acceso a protección, sanidad, agua, saneamiento y educación.
Unicef detectó los mayores recortes en servicios básicos en los países afectados por un conflicto o un desastre donde los niños ya tenían problemas de acceso a sanidad, agua y saneamiento.
- Según el informe de Unicef, en el 50% de los países en los que la agencia es operativa los refugiados y desplazados tienen un acceso reducido a la sanidad y no están incluidos en los programas gubernamentales de protección social durante la pandemia de COVID-19.
- En el 58% de países las opciones de educación a distancia son inadecuadas para los niños vulnerables.
- Otro dato preocupante es la creciente hostilidad y actitud negativa hacia los niños migrantes lo que empeora la crisis económica y social provocada por el COVID-19.
- El aumento de tensiones respecto a los migrantes y las personas que retornan a su país se registró en el 39% de los países.
En el mundo unas 272 millones de personas son migrantes y 33 millones de ellos son niños. Además, decenas de millones tienen estatus de desplazado a causa de los conflictos, violencia y desastres naturales, de acuerdo con Unicef.