SANTIAGO — El 22 de noviembre, el presidente Sebastián Piñera anunció la apertura de la frontera chilena para permitir el ingreso de extranjeros y connacionales no residentes al país, tras haber decretado el cierre en marzo de este año, cuando el COVID-19 comenzó a expandirse.
La apertura permitió el ingreso de los turistas, quienes comenzaron a llegar de distintos países e incluso, vinieron en masa cuando se produjo el eclipse total de sol en la región de La Araucanía el pasado 14 de diciembre. Agrupaciones científicas internacionales, corresponsales, cazadores de eclipses y curiosos de todas partes del mundo llegaron a vivir un fenómeno que casi ni se vio, porque llovió ese día.
Todo esto se habría quedado en lo anecdótico si es que en las últimas semanas, a un mes del anuncio de la apertura, no se hubiese registrado un explosivo aumento de los contagios en el país. El 11 de diciembre se registraron por primera vez en dos meses, más de 10.500 casos activos en Chile (personas que pueden contagiar el virus) y el 21 esta cifra llegó hasta los 13.047.
«¡Cierren la frontera!», comenzaron a pedir los chilenos. La encuesta Cadem reveló que el 76% está en desacuerdo con la medida anunciada por el mandatario, opinión a la que se sumaron líderes políticos, gremiales y organizaciones ciudadanas. Además, el descubrimiento de una nueva cepa del virus en el Reino Unido, aún más infecciosa que la actual, generó que más voces se sumaran a exigir que Chile clausure el paso.
«Frente al aumento de los casos de coronavirus en el país, sumado a la nueva variante del Sars-Cov-2, consideramos que el Gobierno de Chile junto al Consejo Asesor del COVID-19 deben evaluar endurecimiento de restricciones junto al cierre de la frontera hasta contar con más antecedentes», tuiteó la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches.
Lo que sí puede considerarse anecdótico es la respuesta que dio la subsecretaria de Salud Pública a estas exigencias en una conferencia de prensa. «Las fronteras están absolutamente cerradas, lo único que está abierto es el aeropuerto de Santiago», dijo. Y aunque tiene razón, pues la única frontera abierta actualmente es esta, la frase fue casi un oxímoron y dio paso a una serie de memes, ya que este aeropuerto es la principal frontera del país.
El Aeropuerto Arturo Merino Benítez, o Aeropuerto de Santiago, representa el 60% del tráfico aéreo nacional y mueve anualmente a 25 millones de pasajeros, de los cuales, 11 millones son viajeros internacionales.
Casos importados
Aunque no existen estudios que vinculen directamente el aumento de los casos con la apertura de la frontera, sí hay una cifra que demuestra el impacto que tuvo esta decisión.
El departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud publica periódicamente un informe de testeo, trazabilidad y aislamiento para ir transparentando el plan de trazabilidad gubernamental. En uno de los ítems, se miden la cantidad de casos importados desde fuera de Chile.
Antes de la apertura de la frontera, los contagios importados no superaban los 85 a nivel nacional. El último informe del 18 de diciembre reveló que hay 320 casos traídos desde afuera.
Presiones económicas
«El Gobierno está cediendo a las grandes presiones políticas y sobre todo económicas, para no cerrar la frontera», dijo el diputado del Partido Socialista, Juan Luis Castro, presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados.
El parlamentario afirmó que la decisión del presidente Piñera está directamente vinculada con los intereses de las grandes compañías como por ejemplo, las líneas aéreas, que han perdido ingresos debido a la pandemia.
«No se entiende por qué la frontera permanece abierta aún. El Gobierno tiene un discurso estricto de llamar a la ciudadanía al autocuidado, a no exponerse, mientras ellos toman medidas que exponen a las personas», señaló.
Asimismo, se refirió a la decisión que tomó Chile y muchos países del mundo de prohibir los vuelos desde el Reino Unido a causa de la nueva cepa del virus. «En el caso de Chile, esta medida no sirve, porque la mayoría de los chilenos que viajan al Reino Unido vuelven desde vuelos tomados en España. Es absurdo. Hay que cerrar la frontera», afirmó.
Por último, el diputado espera que el mandatario reflexione y revierta su decisión, pudiendo salvar a miles de vidas. «Se acerca una segunda ola de coronavirus para mediados de enero y no se puede dejar pasar más tiempo. Cada día que pasa es un paso más al rebrote», cerró.
Aunque los chilenos claman por el cierre de la frontera, este 24 de diciembre ingresó por el aeropuerto de Santiago un extranjero que todos esperan y que no vino a turistear. Diez mil dosis de la vacuna del laboratorio estadounidense Pfizer contra el coronavirus llegaron para intentar mitigar la temida segunda ola pronosticada por los expertos para mediados enero, abriendo nuevamente la esperanza de 18 millones de chilenos.
Francisco Bravo Atias – Corresponsal en Chile de Sputnik desde 2017. Anteriormente trabajó en los diarios La Segunda y El Mercurio. Graduado de periodismo de la Universidad Diego Portales de Chile.