Preocupa la serie de candidaturas levantadas en estos últimos días con miras a la elección de representantes a la Convención Constitucional que se realizará el próximo 11 de abril. Es importante saber leer las señales políticas que se dieron en el último plebiscito, donde la abrumadora mayoría, reconoció una Convención que debería estar conformada por ciudadanos independientes del Poder Legislativo y no de carácter mixto.
Si bien todos los parlamentarios, políticos, ministros y otros, están en su derecho legítimo de postularse como candidatos, hay una lectura política relevante que no se está considerando o de la que se quiere hacer oídos sordos.
Un senador, que ostentó una subsecretaría y fue cara visible del Gobierno al que representó, inicia esta carrera con una gran ventaja respecto de un candidato independiente. Lo mismo respecto de la postulación de varios parlamentarios o ex parlamentarios y, por supuesto, de ex ministros que, conscientes de este predominio, caen en una competencia desigual y alevosa.
No solo se deben considerar las voces de la ciudadanía; hay que hacerse cargo de estas sin “pasar por el lado” la opinión de la mayoría de los chilenos, reflejada en las urnas el pasado 25 de octubre. Las reglas, entonces, para los convencionales o constituyentes, claramente no serán las mismas, ya que muchos carecen de las vitrinas, oportunidades y, por qué no decirlo, de los recursos que los conocidos políticos tienen y que implicarán una ventaja muy difícil de alcanzar.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN
Luis Martínez Cerna – Director Administración Pública de la Universidad Central de Chile / UCEM