SANTIAGO – La Justicia que no se ejerce cuando corresponde, ya es injusta, afirmaba Pierre Dubois, sacerdote y defensor de los derechos humanos. Y para que la justicia se verdadera se requiere la perseverancia en la lucha por alcanzarla.
En el caso de Mario Acuña Martínez, el trabajador temporero que fue brutalmente golpeado por Carabineros de Buin de Buin el 23 de octubre del 2019 y quedó en estado vegetativo, iniciará una fase de acercamiento a la justicia cuando el 16 de marzo sean formalizados los funcionarios policiales que atentaron contra él.
La invisibilidad de la situación de Mario Acuña logró romperse progresivamente gracias a la solidaridad de Gustavo Gatica y Fabiola Campillai y la presencia de artistas como Roberto Márquez de Illapu, quienes visitaron la vivienda de Mario en Buin. Pero sobretodo fue posible por la perseverancia de familiares, organizaciones solidarias y la acción de defensa jurídica. Acciones que en conjunto permiten hoy seguir expectantes el caso judicial.
Han transcurrido un año, tres meses y veintiséis días desde el día en que Mario, junto a vecinos, adultos y niños golpeaban ollas y sartenes en la noche de su barrio, en señal de protesta y solidaridad con el mundo popular. Han sido 481 días desde que el carro policial, con sus balizas y luces apagadas interrumpe amenazante la manifestación disparando perdigones generando el miedo entre mujeres, hombres y niños de Buin que por seguridad corrieron a sus casas. Mario de 43 años no logró escapar de la plazoleta. Del furgón policial descendieron los agentes del estado y procedieron a golpear al trabajador con pies, puños y elementos contundentes hasta que perdió temporalmente el conocimiento. Los carabineros luego abandonaron el lugar y no le prestaron la ayuda para que asistiera a un centro hospitalario.
Mario, como pudo se dirigió a su casa ensangrentado diciendo “ tía los pacos me golpearon”. Su familia por temor al toque de queda de esa noche solo llamó a la ambulancia cuando Mario no despertaba. Fue trasladado al hospital Barros Luco , estuvo cuatro meses hospitalizado y en coma. Nunca más fue el mismo.
Mario, desconoce que el camino de aproximación a la justicia se iniciará con la formalización de los tres imputados en la causa. Los miembros de la policía uniformada Henry Cuellar, Jonathan Neira y Antonio Lastra.
Mariella Santana, abogada de CODEPU y querellante en representación de la familia, informa que la formalización es por “el delito de lesiones graves gravísimas con ocasión de tortura” y agrega que “estos graves delitos, revisten el carácter de delitos de Lesa Humanidad”. La abogada asegura “que estamos en presencia de crímenes perpetrados por agentes del estado. Las circunstancias en que ocurrieron los hechos nos hacen sostener que hubo una política sistemática de violación de DDHH, porque, objetivamente, la respuesta del estado ante una manifestación y un simple desorden en aquella plazoleta de Buin, fue exactamente igual en brutalidad y desproporción en el uso de la fuerza que en todo el resto del país. Esto habla de un patrón de conducta común: castigar a la población civil que ejercía el derecho a protesta”.
Mariella Santana afirma que los delitos están penados por nuestro ordenamiento interno y por el Derecho Internacional. Hay que recordar, destaca “que Mario fue objeto de tratos crueles, inhumanos y degradantes, por parte de funcionarios de carabineros, que lo dejaron postrado de por vida”.
La acción legal presentada por CODEPU, señala como querellados, entre otros, al ex director general de carabineros, Mario Rozas, y todos aquellos quienes resulten criminalmente responsables, ya como autores, cómplices y encubridores. “En tanto CODEPU, acompañamos estas querellas para perseguir las responsabilidades de los directamente responsables y también las responsabilidades de mando por ser parte de una trama delictiva” agrega, Mariella Santana, quien participará en la audiencia de formalización.