Algunas personas tienen tanto miedo a la sangre que se marean o se desmayan cuando deben hacerse análisis.
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El terapeuta Timur Asánov explicó que el miedo irracional a la sangre y a las jeringas figura en la lista oficial de los trastornos mentales bajo el nombre de hemofobia.
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«Hay que reemplazar la sensación de angustia con pensamientos más reales y argumentados acerca de cómo puede terminar esta o aquella situación relacionada con la sangre. Por ejemplo, si una persona se somete a un análisis, puede motivarse a sí misma con el hecho de que los resultados pueden proteger su salud», señala.
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Asánov agrega que la hemofobia suele ir acompañada del denominado síncope vasovagal, o un desmayo que se debe a una fuerte caída del ritmo cardíaco y de la presión arterial. Este malestar normalmente va precedido de vértigo y fatiga.
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«Si tiene estos síntomas, se recomienda apretar los músculos de los brazos, las piernas y de todo el cuerpo, pues esto ayuda a elevar el flujo de sangre al cerebro», afirma el terapeuta, y subraya que este truco también ayuda a distraerse del procedimiento médico y, por consecuencia, evitar el desmayo.
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